Un extenista y medallista olímpico lo tiene re claro: “Nadal es el mejor competidor de la historia del deporte”

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diciembre 25, 2025

Steve Johnson, retirado del circuito profesional desde hace poco tiempo, es recordado en el mundo del tenis como uno de los jugadores estadounidenses más constantes de su generación. Nacido en California, Johnson logró ubicarse en el puesto 28 del ranking ATP y conquistar cuatro títulos a nivel individual, además de destacar como especialista en dobles. Su momento más brillante en esa modalidad llegó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, donde, junto a Jack Sock, se colgó la medalla de bronce para Estados Unidos. En ese mismo torneo, la medalla de oro fue para la dupla española formada por Marc López y Rafa Nadal, dos tenistas que dejaron su huella en la historia olímpica.

A lo largo de su carrera, Johnson se enfrentó a numerosas figuras del circuito, pero hay un encuentro que recuerda especialmente: el cruce con Rafa Nadal en la arcilla del Mutua Madrid Open en 2015. En esa ocasión, el estadounidense tuvo la oportunidad de medirse con uno de los mayores campeones de todos los tiempos justo en el terreno donde Nadal ha construido su leyenda: la tierra batida. La expectativa y la presión eran enormes, como él mismo reconoció en el pódcast Nothing Major, donde relató con detalle cómo vivió esa experiencia única.

Johnson explicó que el temor a una derrota contundente estaba muy presente antes de saltar a la pista central. “Me asustaba mucho la idea de perder 6-0 y 6-0 frente a tanto público y que se burlaran de mí. Por suerte gané el primer juego, lo que me tranquilizó, porque si te pones 4-0 o 5-0… Había mucho miedo en mis ojos y muy poco en los suyos. Eso sí, habría sido divertidísimo perder 6-0 y 6-0 y recordarlo una década después”, confesó entre risas. La sinceridad de Johnson permite entender el peso psicológico que implica enfrentarse a una figura como Nadal, especialmente en un torneo tan importante y con miles de aficionados observando cada punto.

El tenista español Rafa Nadal

A diferencia de lo que temía, el partido fue mucho más competitivo. Johnson logró plantarle cara al español y evitó una derrota aplastante. El marcador final fue 6-4 y 6-3 a favor de Nadal, un resultado que refleja la superioridad del balear pero también la resistencia y el esfuerzo del estadounidense por mantener la dignidad en la pista. Para Johnson, ese duelo representó uno de los retos más grandes de su carrera, no solo por la calidad del rival sino por el contexto y la presión ambiental.

Además de relatar su experiencia durante el partido, Johnson aprovechó para compartir su admiración por Nadal, a quien calificó como un competidor extraordinario. “Sabes exactamente lo que va a hacer y te preparas para ello, pero siempre encuentra la manera de fastidiarte en la pista. Es el mejor competidor de la historia del deporte”, afirmó, subrayando cómo la previsibilidad de los patrones de juego de Nadal nunca es suficiente para contrarrestar su intensidad, mentalidad y capacidad para reinventarse sobre la marcha.

Con un palmarés único que lo convierte en uno de los mejores jugadores de la historia, Rafa Nadal se retira del tenis profesional.

El testimonio de Johnson aporta una perspectiva privilegiada sobre lo que significa enfrentarse a un jugador de leyenda. Nadal, con 22 Grand Slam en su haber y una infinidad de récords, ha construido su dominio en la arcilla a base de trabajo, resiliencia y una mentalidad inquebrantable que se transmite a sus rivales incluso antes de empezar el partido. Johnson, acostumbrado a la alta competencia y a lidiar con la presión de los grandes escenarios, reconoció que nunca había sentido un respeto y un temor similar por ningún otro oponente.

En el circuito, la figura de Nadal no solo impone por sus títulos sino por la forma en que afronta cada punto, cada partido y cada torneo. Para muchos tenistas, medirse con él supone una oportunidad de aprendizaje y también una especie de examen de madurez profesional. Johnson, al recordar su cruce en Madrid, no duda en situar ese encuentro entre los momentos más especiales de su carrera, tanto por el desafío deportivo como por el impacto emocional. Años después, su relato sigue siendo una muestra palpable de la dimensión que tiene Nadal en el imaginario colectivo del tenis y del respeto que inspira incluso entre quienes han compartido pista con él.

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