En un escenario impresionante, lleno de bengalas, pirotecnia y banderas gigantes que brindaron un espectáculo adicional en las gradas, Vélez y Lanús empataron sin goles en el Estadio José Amalfitani, en un partido correspondiente a la jornada número 23 de la Liga Profesional de Fútbol.
Desde el inicio, el encuentro estuvo lleno de nerviosismo evidente. Las irregularidades en el terreno de juego, provocadas por los recitales, dificultaron la precisión de los jugadores y, en los primeros quince minutos, Francisco Pizzini sufrió una lesión en uno de sus tobillos que generó preocupación. Mientras tanto, Vélez continuaba apostando por las jugadas de estrategia de Claudio Aquino y la potencia ofensiva de Braian Romero. Por su parte, Lanús se esforzaba por crear problemas en la defensa local con la insistencia de Walter Bou y la presión constante de Marcelino Moreno, Lautaro Acosta y Eduardo Salvio.
En torno a la media hora de juego, el equipo de Liniers tuvo la oportunidad más clara de marcar, pero una intervención milagrosa salvó a Lanús. Los centros de Aquino y Bouzat llevaron a Nahuel Losada a realizar un esfuerzo realmente impresionante para evitar el gol. Aunque en su rechace, la pelota le cayó a Valentín Gómez, quien con gran calidad buscó el palo más lejano del arquero. Fue solo gracias a la heroica intervención de Leonardo Jara que el equipo local no se puso en ventaja.
Poco después, una falta peligrosa ejecutada por el exjugador de Independiente provocó emociones en Villa Luro al estrellarse en el travesaño. Una acción que terminó con el lamento de los aficionados por el sonido metálico del poste. Antes del descanso, el equipo de Gustavo Quinteros ya había hecho méritos suficientes para marcar el primero.
La expulsión de Damián Fernández, tras la intervención del VAR, por una falta violenta sobre Laucha Acosta cambió el rumbo del partido en la segunda mitad. Con un jugador más, Lanús adoptó una postura más agresiva y llevó el juego al área de Tomás Marchiori.
En la parte complementaria, el dominio del partido cambió notablemente. Lanús, con superioridad numérica, intentó tomar la iniciativa con un juego asociado que se gestaba desde la defensa, con Losada, Izquierdoz y Muñoz como protagonistas.
A diez minutos del final, todo Vélez reclamó un penalti por un derribo a Claudio Aquino dentro del área. La jugada comenzó por la derecha, con un pase en profundidad para Brian Romero, quien sirvió el balón a Aquino, que cayó pidiendo la pena máxima. A pesar de las protestas, el árbitro no señaló nada y el estadio José Amalfitani estalló en descontento.
A pesar de estar en desventaja numérica, Vélez siguió luchando con garra y valentía, enfocándose en el ataque y descuidando en ocasiones su defensa. Sin embargo, Lanús no supo aprovechar estas oportunidades.
La última ocasión fue para Vélez, en un contraataque que culminó con un potente disparo desde fuera del área de Brian Romero.