Ahmed al-Sharaa -también conocido como Abu Mohamad Al Jolani- llegó a Damasco en diciembre, desbancando a Bashar Al-Assad sin derramamiento de sangre. Proveniente del terrorismo islámico, intenta presentarse como un líder civilizado mientras es observado de cerca por las potencias mundiales.
El nuevo líder avanzó por Damasco sin resistencia, reclamando la ciudad como suya. Este hombre, de linaje relacionado con Mahoma, pasó de combatiente a estratega tras años de prisión y formó Jabhat al-Nusra, que luego se convirtió en Hayat Tahrir al-Sham (HTS).
Su régimen en Idlib, donde estableció impuestos y tribunales, ha sido cuestionado por represión a minorías y violaciones a los derechos humanos. A pesar de esto, logró negociar con potencias internacionales, cambiando su imagen de insurgente radical a gobernante pragmático.
El controvertido líder ahora se encuentra en el ojo del huracán, enfrentando acusaciones de instaurar una nueva dictadura. Mientras Turquía y Washington lo analizan, Rusia lo rechaza. Con un gobierno hermético y críticas por su pasado, Al-Sharaa intenta mantener el control de Siria en medio de la incertidumbre.
Su ascenso meteórico ha despertado opiniones divididas, con algunos elogiando su astucia y adaptabilidad, mientras otros lo señalan como un autócrata en ciernes. La historia de Ahmed al-Sharaa continúa evolucionando, dejando en vilo el futuro de Siria y la región.