"Hubo mucha buena voluntad hoy y también algunas diferencias, pero todavía queda terreno en común", dijo la canciller alemana, Angela Merkel, al término del encuentro en Bruselas.
Reducir la migración irregular, proteger las fronteras europeas, una mayor cooperación con los países de origen y de tránsito de los migrantes… La UE empieza a definir cómo frenar la llegada de migrantes, pero sigue sin solución para aquellos que ya llegaron.
Y esta última cuestión, la acogida de migrantes y refugiados, es el principal escollo entre miembros de la UE, que querían plasmar en su próxima cumbre el 28 y el 29 de junio su hoja de ruta para reformar la política común de asilo. Esto aparece ahora imposible.
Plan italiano.
Las reglas europeas de asilo, conocidas como Reglamento de Dublín y cuya reforma llevan intentando sacar adelante sin éxito los 28 desde hace dos años, establecen que el primer país que pisa un migrante a su llegada a la UE es el encargado de gestionar su solicitud de protección internacional. Este principio se revocó temporalmente durante dos años, hasta septiembre de 2017. Los países de la UE se comprometían a acoger mediante un sistema de cuotas a los refugiados llegados a las costas de Italia y Grecia. Pero pese a la llamada "solidaridad europea", los países mediterráneos siguieron haciéndose cargo en su mayoría de los migrantes llegados a sus costas, por lo que el nuevo gobierno italiano, una coalición de ultraderechistas y euroescépticos, llegó a Bruselas con su plan.
Para lograr "una política de gestión de flujos migratorios eficaz", Italia aboga por extender la responsabilidad de la acogida a los 28 socios de la UE y sanciones para los países que no acojan refugiados. "Quien desembarca en Italia, desembarca en Europa", reza su plan de 10 puntos.
Estas propuestas anuncian choques con el grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia), que no participaron en la reunión de ayer en Bruselas. Los dos primeros se negaron a acoger a refugiados en el marco del reparto excepcional en la pasada crisis migratoria.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, se dijo "satisfecho" en Twitter por la reunión de ayer, al imprimir "la dirección justa en el debate en curso". "¡Tras años de silencio, Italia recupera una fuerte voz en Europa!", tuiteó su ministro de Interior, Matteo Salvini.
Optimistas.
De todos modos, tras la reunión de ayer en Bruselas, los líderes de la UE mantienen la esperanza de lograr un acuerdo. Es que al menos la minicumbre sirvió para forjar un primer consenso sobre los puntos clave para abordar el problema. Al término de la misma la impresión compartida era la de un encuentro útil para intercambiar posturas y avanzar en la búsqueda de consenso.
"Hemos encontrado más puntos de unión que de discrepancias", resumió el presidente español Pedro Sánchez, quien consideró que el encuentro supone "un paso adelante" de cara a encontrar un solución común.
En la misma línea, el presidente francés, Emmanuel Macron, se mostró satisfecho de que se haya logrado un "primer consenso" sobre la necesidad de abordar tanto la dimensión externa como interna de la cuestión.
Este consenso gira en torno a tres pilares: la n