El anuncio de Bolsonaro lo hizo por las redes sociales en una alocución transmitida en vivo, a través de su cuenta en Facebook, donde también criticó el Pacto mundial sobre las migraciones, aprobado esta semana en la ciudad de Marrakech por 160 naciones.
El futuro mandatario trató temas relacionados con el medioambiente, defendió la construcción de hidroeléctricas en la Amazonía y también la reactivación de la producción minera en esa región.
Sobre el Acuerdo de París, Bolsonaro enfatizó que Brasil dejará de hacer parte de ese tratado, si no se realizan algunas modificaciones que serán propuestas por Brasil.
“Propondremos cambios al acuerdo, si no lo cambian vamos a salir porque no podemos seguir en un acuerdo dañino para nuestra soberanía”, aseguró.
Según el presidente electo, entre las exigencias está el que Brasil reforeste un área “enorme” “del tamaño de todo el estado de Río de Janeiro”, algo que según él es imposible de cumplir.
De acuerdo con Bolsonaro, el incumplimiento de esas exigencias, traería sanciones, “incluso sanciones de fuerza” y no podemos poner en riesgo la soberanía nacional”.
Asimismo, respaldó a su futuro canciller, Ernesto Araújo, al criticar el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de la ONU, y dijo que en Brasil “no podemos dejar las puertas totalmente abiertas para que quien quiera entre”.
El ultraderechista, quien recordó ser descendiente de inmigrantes italianos, puso de ejemplo a naciones como Francia y Alemania, países que según él “quieren verse libres de inmigrantes”.
“No queremos gente que no respete las religiones”, “no podemos permitir (que entre a Brasil) gente que no respete las tradiciones y las religiones”, aseguró.
También fue enfático en afirmar que eliminará las trabas ambientales que actualmente existen y que frenan el crecimiento del agronegocio y del sector minero.
“Vamos a poner punto final a las licencias ambientales que frenan proyectos”, aseguró Bolsonaro quien señaló que el estado amazónico de Roraima, es uno de los más ricos del país pero es una región donde “nada es permitido”.
Roraima, afectado en los últimos años con la migración de venezolanos que llegan huyendo de la crisis económica, política y social de su país, es uno de los estados más pobres de Brasil y con graves carencias en los servicios públicos, entre ellos los de energía que es abastecida por Venezuela.
Según Bolsonaro, eso se debe a que es una región que no puede explotar sus tierras por lo que promoverá el freno a las exigencias ambientales que existen actualmente para esa región e impulsará la explotación minera, la producción de arroz y la construcción de hidroeléctricas.
También hizo mención a la decisión de Brasil de no ser sede de la Conferencia de las partes de la Convención del Clima de las Naciones Unidas (COP25), un evento que “costaría unos 400 millones de reales” (unos 100 millones de dólares), por lo que “no podemos darnos el lujo” de organizarlo.