Días atrás, Alemania superó los 50.000 muertos con coronavirus, a pesar de que los casos finalmente están bajando tras más de un mes de confinamiento en medio del rebrote de la enfermedad. El país europeo tuvo una cantidad relativamente pequeña de fallecimientos por Covid-19 en la primera ola de contagios de la primavera boreal del año pasado y pudo levantar muchas restricciones de manera casi instantánea.
Pero en otoño e invierno se dispararon los casos, y en las últimas semanas se informaron de cientos de muertos, a veces más de 1.000 cada día en este país de 83 millones de habitantes. De hecho, Alemania alcanzó los 40.000 muertos el 10 de enero, mientras que otros países de Europa con menor población, como Reino Unido, Francia y España, tienen mayores números de decesos.
En medio de este delicado panorama, la jefa de Gobierno alemana, Angela Merkel, prohibió el uso de tapabocas de tela en los espacios públicos y dictaminó que a partir de ahora los ciudadanos deberán llevar barbijos quirúrgicos o del tipo FFP2. A la par del gobierno alemán, Francia también desaconsejó el uso de mascarillas caseras y Austria directamente prohibió su uso en todo el territorio.
El anuncio de esta medida había sido la semana pasada, pero cada estado en Alemania determinará la fecha de entrada en vigor de esta nueva medida. Si bien desde la Organización Mundial de la Salud aclararon que el uso extendido del tapabocas de tela sigue siendo eficaz, las autoridades alemanas decidieron reemplazar su uso, es utilizado por gran parte de la población, por los de mayor protección a partir de la aparición de las nuevas cepas.
Merkel describió las cifras de muertos con coronavirus como "terribles", aunque dijo que las infecciones y hospitalizaciones diarias por el virus estaban bajando respecto de los niveles de fines del mes pasado. Junto al director Lothar Wieler en la conferencia de prensa y el ministro de Salud, Jens Spahn, reiteró un pedido para que la gente cumpla las medidas anticoronavirus para evitar sobrecargar más el sistema de salud.
"Vemos algo de alivio inicial en las unidades de terapia intensiva", dijo, pero advirtió que el número de pacientes admitidos en salas de cuidados intensivos "todavía es demasiado alto". Merkel también anunció esta semana que los alemanes deberán portar una mascarilla quirúrgica en el transporte y en tiendas, endureciendo así las medidas contra el Covid-19 que se extenderán, en principio, hasta el 14 de febrero.
El país está en "confinamiento duro" desde el 16 de diciembre. El máximo de contagios en Alemania se registró el 18 de diciembre con 33.777 nuevos casos diarios y el de fallecidos, el jueves de la semana pasado, con 1.244.Bares y restaurantes, además del ocio, el deporte y la cultura, cerraron a principios de noviembre y no han vuelto a abrir. En diciembre se sumaron los comercios no esenciales.
Los colegios también permanecen sin clases desde mediados de diciembre. Merkel dijo también esta semana que la variante británica del coronavirus que ya está en otros 60 países parece ser más contagiosa en niños y jóvenes y aclaró ser consciente de las "increíbles restricciones" que están sufriendo los padres. En ese sentido, reveló que para fines de septiembre se habrá ofrecido una vacuna contra el coron