
Ante la creciente tensión geopolítica mundial y el liderazgo del canciller Friedrich Merz, Alemania planea aumentar su gasto militar en más de un 70% para 2029. Esta inversión superará la de Francia y el Reino Unido, redefiniendo el mapa de seguridad en Europa.
El gasto en defensa de Alemania, liderado por Merz, responde a la preocupación por la agresividad de Rusia y la impredecibilidad de EE.UU. bajo Donald Trump. Según el ministro de Finanzas Lars Klingbeil, se proyecta un aumento a 162.000 millones de euros en 2029, frente a los 95.000 millones previstos para 2025.
Con este plan, Alemania se posiciona como el país con mayor presupuesto militar de Europa, destinando hasta un 3,5% del PIB para defensa. Supera a Francia y al Reino Unido, que proyectan alcanzar porcentajes similares en los próximos años.
La iniciativa de destinar un 5% del PIB al gasto militar, impulsada por Donald Trump y apoyada por la OTAN, incluye un 3,5% en defensa directa y un 1,5% adicional para infraestructura militar y ciberseguridad. Líderes aliados consideran respaldarla en la cumbre de La Haya.
Este cambio en la política de defensa alemana implica un quiebre histórico al dejar atrás la disciplina fiscal y asumir un papel protagónico en la OTAN. Con este impulso presupuestario, Alemania podría escalar en el ranking de poder militar global, actualmente en el puesto 18, detrás de Francia (9) y el Reino Unido (5).
La reforma constitucional reciente flexibiliza el límite de endeudamiento público, permitiendo a Alemania emitir hasta 1 billón de euros para defensa e infraestructura. Sin embargo, este ambicioso plan generaría un déficit fiscal, estimado en 82.000 millones para este año y 126.000 millones en 2029.
A pesar del déficit, Berlín confía en que el aumento del gasto militar reactivará su economía estancada. Este rearme alemán representa un paso significativo que impactará en la seguridad europea y su posición en la comunidad internacional.