El Gobierno de Javier Milei decidió este miércoles votar en contra de la resolución de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que solicita el fin del embargo económico y comercial impuesto por Estados Unidos sobre Cuba desde hace más de seis décadas. La medida fue aprobada con 165 votos a favor, mientras que solo siete países, entre ellos Argentina, rechazaron la iniciativa.
Con esta decisión, el Poder Ejecutivo argentino se alineó nuevamente con la postura de Estados Unidos, en una clara muestra del respaldo de Javier Milei a la potencia occidental. Además de Argentina y Estados Unidos, los países que votaron en contra fueron Hungría, Israel, Macedonia del Norte, Paraguay y Ucrania. Por otro lado, doce países se abstuvieron, entre ellos Ecuador, Costa Rica, Marruecos y varios Estados europeos del este.
La votación tuvo lugar en la sede de Naciones Unidas, donde la mayoría de los Estados miembros reafirmaron su apoyo a la histórica demanda presentada por el gobierno cubano para poner fin al embargo. La resolución, titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, se somete anualmente a consideración de la Asamblea General desde 1992. El texto, presentado por la delegación cubana, reafirma principios internacionales como la igualdad soberana de los Estados, la no intervención en asuntos internos y la libertad de comercio y navegación internacionales.
Además, la resolución expresa preocupación por legislaciones estadounidenses como la Ley Helms-Burton, que tienen efectos extraterritoriales sobre terceros países y afectan las relaciones económicas globales. El documento insta a todos los Estados miembros a abstenerse de promulgar y aplicar normativas que contravengan estos principios y exhorta a los gobiernos que aún mantienen políticas restrictivas a derogarlas. También solicita que el Secretario General de la ONU elabore un informe sobre el cumplimiento de estas medidas para presentarlo en el próximo período de sesiones de la Asamblea.
El voto contrario de Argentina representa un cambio significativo en la política exterior del país, que hasta 2022 había sido un aliado de Cuba en el rechazo al embargo. Esta modificación se produjo en un contexto donde casi la totalidad de los países latinoamericanos mantuvo su respaldo a la resolución presentada por La Habana. Desde la llegada de Javier Milei al poder, Argentina ha adoptado una postura más alineada con Estados Unidos y sus aliados en política internacional.
Un antecedente clave ocurrió hace un año, cuando el presidente Milei solicitó la renuncia de la entonces canciller Diana Mondino tras votar a favor de la resolución, en contra de la posición de Estados Unidos e Israel, dos aliados estratégicos mencionados frecuentemente por el mandatario. En esa votación anterior, la resolución fue aprobada con 187 votos a favor, 2 en contra (Estados Unidos e Israel) y 1 abstención (Moldavia).
Antes de la salida de Mondino, también renunció el embajador argentino ante la ONU, Ricardo Lagorio, quien había tenido diferencias con la Casa Rosada respecto a la alineación geopolítica oficial. Lagorio votó a favor de la resolución el año anterior, lo que generó tensiones con el gobierno. Según fuentes oficiales, Lagorio no tenía la potestad para decidir el voto y actuó siguiendo instrucciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores, entonces a cargo de Eduardo Bustamente.
Desde la Casa Rosada, en cambio, sostienen que ni Mondino ni Lagorio consultaron sobre la posición que debía adoptar Argentina y que una decisión contraria a Estados Unidos e Israel es inaceptable para la estrategia geopolítica que el gobierno libertario viene cultivando cuidadosamente. La salida de Mondino fue rápida y fue reemplazada por Gerardo Werthein, quien renunció la semana pasada tras las elecciones legislativas y el acuerdo con Estados Unidos para un swap de 20.000 millones de dólares. Actualmente, la Cancillería está a cargo de Pablo Quirno.
