La Patagonia argentina es un paraíso para el turismo, con paisajes imponentes, lagos cristalinos y montañas majestuosas que cautivan a cada visitante. Entre estas maravillas naturales se encuentra un destino único que combina tranquilidad, aventura y escenarios de ensueño: Manzano Amargo, en el norte de Neuquén, es el lugar ideal para quienes buscan desconexión y contacto con la naturaleza.
Este pequeño pueblo, escondido entre montañas al pie de la Cordillera de los Andes, es conocido por sus impresionantes cascadas, caminos rodeados de fauna autóctona y una atmósfera que invita al descanso.
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Manzano Amargo se encuentra en el norte de la provincia de Neuquén, a unos 528 kilómetros de la capital provincial. Este encantador pueblo se ubica al final de la Ruta Provincial 54, rodeado por la majestuosidad de los Andes y el impresionante volcán Domuyo, lo que lo convierte en un destino que parece sacado de una postal.
En este rincón del mundo, las montañas, los arroyos y las cascadas crean un entorno perfecto para quienes buscan alejarse del ruido de las grandes ciudades. Además, es un punto de partida estratégico para explorar otras maravillas del norte neuquino.
Este hermoso lugar es famoso por sus cascadas, cada una con un encanto único. La más conocida es La Fragua, ubicada a solo 4 kilómetros del pueblo. Este salto de agua de 40 metros cuenta con un mirador, senderos peatonales y un parador gastronómico donde puedes disfrutar de la vista mientras saboreas platos locales.
A poca distancia se encuentra la Cascada Escondida, un paraje mágico al que se accede por un sendero señalizado rodeado de un bosque de Llao Llao. Aquí, además del espectáculo natural, es común avistar animales como chinchillones, zorros y liebres.
Otra opción imperdible es la Cascada Las Tapaderas, que exige una caminata de aproximadamente dos horas desde el pueblo. Este recorrido atraviesa paisajes montañosos, arroyos cristalinos y pequeños bosques, ofreciendo vistas panorámicas que hacen que cada paso valga la pena.
Para los más aventureros, la Cascada Pichi Ñire es una joya escondida. Aunque el acceso no está señalizado, puedes contratar un guía local que te llevará por un sendero rodeado de vegetación autóctona hasta este rincón donde el agua y las montañas se encuentran en perfecta armonía.
Desde la ciudad de Neuquén, debes tomar la Ruta Nacional 22 hasta Zapala y luego continuar por la Ruta Nacional 40 hasta Chos Malal. Desde allí, el camino sigue por la Ruta Provincial 43 hasta Las Ovejas, donde termina el asfalto. Finalmente, un tramo de ripio por la Ruta Provincial 54 te llevará al corazón de Manzano Amargo.
El trayecto es una experiencia en sí misma, con paisajes que incluyen ríos, montañas y cielos abiertos donde vuelan majestuosos cóndores. Este recorrido, que toma alrededor de siete horas desde la capital neuquina, ofrece múltiples oportunidades para detenerse y disfrutar de la belleza natural de la región.
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