Varios estudios demostraron que la alimentación puede tener diversos efectos a la hora de conciliar el sueño. Existen algunos alimentos que dificultan el proceso de dormir, lo que genera que al día siguiente se pueda sentir un enorme cansancio. Por ello, es importante tener en cuenta qué comidas es mejor evitar durante la cena.
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Normalmente, las comidas que más afectan a las funcionalidades del cuerpo son aquellas llenas de azúcares o harinas. No obstante, un estudio reveló que comer algo dulce antes de dormir puede ayudar a inducir somnolencia, ya que los niveles elevados de azúcar en sangre ponen a trabajar las neuronas que generan el sueño. Sin embargo, esto tampoco significa abusar de los alimentos dulces.
Como era de esperarse, las comidas altas en carbohidratos o ultraprocesadas traen consecuencias negativas para el sueño. Aunque anteriormente se afirmó que el azúcar en sangre ayuda a conciliar el sueño, el alto consumo de estas también puede generar una baja brusca de la misma, lo que se conoce como hipoglucemia. Esto estimula el sistema nervioso y cambia repentinamente la actividad cerebral.
Aunque algunas veces el consumo de alcohol puede generar sueño, cuando este se metaboliza en el cuerpo, puede llegar a despertar y hacer que uno tenga el sueño fragmentado, lo que no es bueno para la salud. Por otro lado, las bebidas altas en cafeína afectan al sistema nervioso central, por lo que no se recomienda beber café, té o bebidas energizantes antes de acostarse.
Las comidas con mucha grasa son las más difíciles de digerir para el cuerpo. Esto puede provocar malestar estomacal, sensación de plenitud e incluso indigestión, lo que a su vez puede interferir con la capacidad para conciliar el sueño o mantenerlo durante la noche. Además, la dificultad para digerir alimentos pesados puede generar acidez.
Comidas picantes
Aunque no es tan común comer alimentos picantes en Argentina, estos ganaron popularidad últimamente, ya sea en forma de snacks, como los Takis, o ahora en forma de postre, como el nuevo alfajor picante de Havanna. Sin embargo, su alto consumo puede provocar acidez estomacal o reflujo ácido, lo que a su vez puede causar malestar y dificultad para conciliar el sueño.
Pocos saben que el queso puede tener consecuencias en el sueño. Tanto este como las carnes en conserva, como el jamón, la panceta y el salame, tienen altos niveles de tiramina, un aminoácido que despierta las hormonas que hacen que el cuerpo esté en alerta y que se encuentran en las glándulas.
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