Trabajadores municipales se reunieron el pasado viernes en las oficinas del gremio para analizar la compleja situación económica y definir acciones ante la falta de respuestas por parte de la gestión del Intendente Francisco Azcué. Desde el sindicato denunciaron el deterioro salarial y la ausencia de actualizaciones en conceptos clave, como la Ayuda Escolar, que permanece congelada en $700 desde hace años.
Según señalaron, la depreciación del salario se ha acentuado en los últimos meses debido al incremento sostenido de los precios en productos básicos como carnes, lácteos, frutas, verduras y alquileres, lo que afecta directamente la calidad de vida de los trabajadores y sus familias. A esto se suma la suba de los combustibles, un factor que impacta a quienes deben recorrer largas distancias para llegar a sus lugares de trabajo.
Ante este panorama, el gremio resolvió exigir un aumento salarial del 23% a partir del mes de marzo, con el objetivo de recuperar parte del poder adquisitivo perdido desde diciembre de 2023. Desde el sindicato recordaron que este no es el primer reclamo presentado al Ejecutivo municipal, pero ante la falta de respuestas, anunciaron que, de no haber avances en las negociaciones, iniciarán medidas de fuerza a partir del miércoles.
La modalidad de protesta incluiría asambleas de seis horas por turno en los distintos lugares de trabajo, aunque aseguraron que se garantizarán los servicios esenciales.
Desde el gremio instaron al intendente Francisco Azcué a brindar una respuesta favorable en el corto plazo para evitar que el conflicto se profundice y afecte el normal desarrollo de la ciudad.
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