Hasta ahora, cierta superficialidad solía ser la columna vertebral de seducción sobre la que se apalancaban productos y servicios. Pero hoy, los valores más reconocidos demandan reputación en cualidades como la transparencia, la ética, la confianza o la garantía de un escaso impacto en el medio ambiente. Todo esto en un mundo que se amplifica a través del espectro digital, pero sin generar sobredosis de contenidos.
El lujo, históricamente, supuso una expresión de poder, de suntuosidad y de exclusividad por su alto costo. Sin embargo, en los últimos años, el concepto evoluciona desde la idea de "precio" hacia la de "valor", siendo entendido como algo mucho más próximo a la exclusividad, tanto por su posibilidad de acceso como de apreciación.
El lujo ya no tiene porque ser algo necesariamente asociado a lo caro. Para muchos críticos, como el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, un destacado diseccionador de la sociedad del hiperconsumismo, esta idea ha influido poderosamente la mentalidad de la sociedad posmoderna.
Otro síntoma es el debate abierto en la Real Academia de la Lengua Española a propósito de la interpretación del término "lujo". Quizás por apetito empresarial, se discute vincular este nuevo concepto a la excelencia y creatividad, pero también a debatir aspectos que atañen a la propiedad intelectual, la transformación digital del mercado o a la aparición de nuevos hábitos de consumo y nuevos consumidores, no sólo en el sector de Alta Gama.
Vivir, más que tener
Los nuevos consumidores han impulsado una nueva interpretación del concepto lujo: "Ya no es tan importante poseerlo como vivirlo". Los viajes, las vivencias, las experiencias son las nuevas necesidades que asocian con este concepto, de ahí el extraordinario incremento del "Experiential Luxury" y del "Luxury Transportation".
De hecho, los gobiernos de muchos países han hecho una decidida apuesta por la "Marca País" asociada al lujo para atraer visitantes a sus países. Algunos estados árabes como Qatar, Emiratos Unidos o Kuwait se suman a esta tendencia con extraordinarias iniciativas que van desde parques temáticos o islas artificiales con complejos turísticos, entre otras.
En diálogo con Infobae, Damián Di Pace, director de la Consultora Focus Market, explica el fenómeno de los valores y las experiencias. Para el analista "en la búsqueda de un 'precio justo', que se da en el intervalo de los millennials y generación Z, se intenta desligar el valor simbólico de la marca de lo que es el valor funcional o de funcionalidad, esta última cualidad la que hoy adquiere especial preponderancia".
En ese sentido agrega: "En este proceso hoy se da un gran bagaje informativo, en el cual las nuevas generaciones de consumidores encuentran en blogs o redes sociales el lugar donde optimizar sus decisiones, estas también relacionadas a diferentes necesidades culturales y sociales".
Un reciente trabajo publicado por EAE Business School analiza la evolución y cambio del concepto de consumo "lujoso", y cómo las nuevas generaciones se suman con pautas propias.
El informe indica que el 46% de la elección de compra de un millennial está determinada por la marca como una proyección de sus valores. La influencia de su entorno próximo también es signifi