Andrés Shocron y Guillermo Nudenberg, veedores del concurso de Vicentin SAIC, informaron que al 26 de marzo la empresa agroindustrial tenía deudas impagas por 9.808 millones de pesos. La mayoría corresponden a servicios públicos, aportes sindicales, impuestos nacionales, provinciales y proveedores varios, incluyendo una factura de 6.100 dólares de Diego Guelar. Aunque esta cifra representa una mejora con respecto a los 15.000 millones de pesos de obligaciones impagas detectadas por los síndicos a mediados de marzo, los veedores aclaran que no incluye nuevas deudas posteriores a esa fecha.
Advierten sobre deudas vencidas con proveedores críticos que podrían dificultar la reactivación de las líneas de producción de la empresa en Ricardone y San Lorenzo. Destacan un alto volumen de pagos por "acuerdos desvinculatorios", especialmente dirigidos a gerentes de la compañía que recibirán sumas millonarias. Ejemplos como el de Roberto Gazze, con una indemnización de 248 millones de pesos, o de Máximo y Cristian Padoán con 208 y 176 millones de pesos respectivamente, evidencian la situación.
La liquidez de la empresa es precaria, sostenida principalmente por anticipos de molienda. Solo las líneas de producción de Ricardone y Avellaneda están operativas, mientras que el complejo de San Lorenzo permanece paralizado desde principios del 2025. La planta no ha generado ingresos por maíz ni ventas de bioetanol, pero ha prestado servicios a empresas del sector.
Diego Telesco, síndico del concurso, reveló que Vicentin ha recibido millones de dólares por servicios de molienda de girasol, soja, camelina y anticipos en el transcurso del año. La situación financiera de la empresa sigue siendo compleja, con un escenario lleno de incertidumbres sobre su futuro inmediato.
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