lunes, enero 20, 2025
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    ¿Cuál es el efecto del café en los riñones?

    Distintos estudios científicos analizan el efecto de la cafeína en el cuerpo, y principalmente en la salud renal. Recomendaciones sobre el consumo de esta bebida

    El café, una de las bebidas más consumidas en el mundo, ha sido objeto de numerosos estudios debido a su influencia en diferentes aspectos de la salud.

    Diversas investigaciones han arrojado luz sobre su relación con la función renal, destacando matices importantes para quienes padecen o están en riesgo de enfermedades relacionadas con los riñones.

    Con un 10% de la población adulta, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afectada por esta condición —proporción que se eleva al 20% en mayores de 60 años—, comprender cómo el consumo de café influye en la salud renal es fundamental para el desarrollo de estrategias preventivas.

    El consumo de café no es intrínsecamente perjudicial para los riñones. Estudios respaldados por la National Kidney Foundation (NKF) señalan que una ingesta moderada, de hasta tres tazas al día, no aumenta significativamente el riesgo de enfermedad renal en personas sanas ni empeora su función renal en etapas tempranas de la enfermedad. Sin embargo, el panorama cambia en poblaciones de mayor edad o con condiciones de riesgo, como obesidad, diabetes y problemas cardiovasculares.

    Un estudio realizado por investigadores del proyecto Predimed Plus y publicado en Nature Scientific Reports ha revelado que el consumo de café, equivalente a dos tazas o más al día, está relacionado con una disminución en la función renal a lo largo de un año.

    “Aquellos participantes con mayor consumo de cafeína mostraron que su función renal empeoraba”, destacan los expertos. Por lo tanto, los mecanismos por los cuales el café se asocia con un empeoramiento de la función renal en esta población de alto riesgo cardiovascular están mediados por un consumo de cafeína.

    “La cafeína aumenta la hipertensión y, por tanto, produce un aumento de la hiperfiltración, y esa hiperfiltración mantenida a lo largo del tiempo es lo que va a producir un deterioro del riñón”, indica el estudio.

    El café es rico en antioxidantes, polifenoles, vitaminas y otros compuestos bioactivos con propiedades antiinflamatorias que pueden beneficiar la salud en general. Sin embargo, su contenido de cafeína plantea desafíos específicos para los riñones.

    La cafeína, al actuar como un estimulante, puede provocar un aumento transitorio de la presión arterial y de la tasa de filtración glomerular, una medida clave de la capacidad del riñón para depurar la sangre.

    Aunque este aumento de la filtración puede parecer positivo en un principio, mantener este estado de hiperfiltración de forma sostenida puede llevar a un deterioro progresivo de la función renal. Según los investigadores, “el riñón aumenta su capacidad de filtración como una suerte de defensa. El hecho de mantener esa filtración aumentada conlleva que la función se agote”.

    En personas mayores con factores de riesgo asociados, como triglicéridos altos, hipertensión o diabetes, los especialistas aconsejan limitar el consumo de café con cafeína a una taza al día.

    Una alternativa recomendada es el café descafeinado, que conserva los beneficios de los polifenoles sin someter a los riñones a una sobrecarga innecesaria. “Si tomamos descafeinado, a nivel de polifenoles aporta lo mismo, pero el riñón te lo va a agradecer si tienes ya factores de riesgo asociados y una edad mayor”, afirma Jordi Salas, coordinador del estudio.

    Es importante destacar que incluso cantidades moderadas de café con cafeína, como dos tazas diarias, pueden afectar negativamente la función renal en personas con obesidad y otras condiciones relacionadas con el síndrome metabólico.

    Más allá de los efectos específicos de la cafeína, el café puede tener un papel en la prevención de la enfermedad renal crónica (ERC) debido a su riqueza en antioxidantes y compuestos antiinflamatorios.

    “El café y el té son ricos en compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, con posibles efectos beneficiosos para la salud humana”, precisó Salas. En personas sin factores de riesgo significativos, consumir hasta tres tazas de café al día parece ser seguro e incluso beneficioso. Sin embargo, la atención médica personalizada es crucial para determinar el consumo adecuado según las características individuales.

    Para quienes ya padecen ERC, es esencial seguir las indicaciones médicas. En etapas avanzadas de la enfermedad, el control de líquidos y nutrientes cobra mayor relevancia, y la cafeína puede ser un factor a limitar en función de la presión arterial y la capacidad de filtración renal.

    La ERC es un problema de salud pública significativo, en gran parte porque sus síntomas suelen manifestarse solo cuando los riñones ya han sufrido daño considerable. Entre los síntomas se incluyen fatiga, pérdida de apetito, presión arterial alta, hinchazón en manos y pies, y cambios en la micción.

    El impacto de la ERC en la calidad de vida es profundo, afectando el sueño, la alimentación y las actividades diarias. Por ello, los expertos enfatizan la importancia de la prevención y el control temprano mediante cambios en el estilo de vida, como una dieta equilibrada y el manejo adecuado de bebidas como el café.

    Los hallazgos subrayan la necesidad de considerar el consumo de café en las recomendaciones nutricionales para la prevención de la enfermedad renal, especialmente en adultos mayores y personas con alto riesgo cardiovascular.

    Aunque el estudio de Predimed Plus es de carácter observacional, sugiere una relación clara entre un consumo elevado de cafeína y el deterioro de la función renal, lo que invita a realizar ensayos clínicos para confirmar estos resultados.

    “La relación entre un consumo elevado de café o té y la función renal debe incluirse en las estrategias nutricionales para la prevención de la enfermedad renal”, concluye Salas. Estas medidas no solo podrían ayudar a mitigar el riesgo de ERC, sino también a mejorar la calidad de vida de quienes ya conviven con esta condición.

    El café, con su rica composición bioactiva, sigue siendo una bebida compleja y fascinante en términos de su impacto en la salud. Para la población general, el consumo moderado de hasta tres tazas diarias puede ser seguro e incluso aportar beneficios. No obstante, para aquellos con mayor vulnerabilidad, la moderación y la elección de alternativas descafeinadas podrían marcar una diferencia significativa en la salud renal a largo plazo.

    A medida que los estudios avanzan, será crucial integrar estos hallazgos en las recomendaciones de salud pública, con el objetivo de ofrecer orientación personalizada que equilibre los placeres cotidianos, como el café, con la promoción de un bienestar integral.

    Los riñones son órganos vitales que desempeñan numerosas funciones esenciales para mantener la homeostasis y el bienestar general del cuerpo, ya que realizan tareas como filtrar la sangre para eliminar productos de desecho y toxinas, como la urea, el ácido úrico y la creatinina, a través de la orina, proceso crucial para prevenir la acumulación de sustancias nocivas en el cuerpo.

    Incluso mantienen el equilibrio de electrolitos, como sodio, potasio, calcio y fósforo, que son esenciales para el funcionamiento normal de las células y regulan el volumen de líquidos corporales y la presión sanguínea mediante la excreción o retención de agua.

    Las bebidas recomendadas para mantener la salud de los riñones, prevenir infecciones, ayudar a eliminar toxinas y prevenir inflamación, de acuerdo con información de la National Kidney Fourdation, son:

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