La exposición de Urribarri se extendió durante dos horas que se dividieron en tres tramos bien claros. En el primero dio un fuerte embate sobre lo que entendió las razones políticas de sometimiento a juicio, en el segundo hizo un racconto de la obra que realizó durante sus dos mandatos al frente del Ejecutivo y en el tercer repasó las cinco acusaciones, defendiendo su accionar y el de su gobierno en cada una.
“Ninguno de los actos que desde seis años se vienen desmenuzando y ventilando, se realizó violando ninguna ley. Pero sí se hicieron haciendo uso del poder conferido por el voto popular, para tomar decisiones, dar la cara y decir con claridad de qué lado estamos. Esto en Argentina y en cualquier lugar del mundo se llama gobernar. Quizá sea eso lo que tanto molestó”, dijo el ex mandatario al comenzar su exposición ante el Tribunal de Juicio que integran José María Chemez; Elvio Garzón y Mónica Castagno.
Cabe destacar que antes de que Urribarri comenzara a hablar, la fiscal Patricia Yedro se retiró del recinto, reduciendo la representación del Ministerio Público a dos agentes fiscales interinos: Gonzalo Badano y Juan Francisco Ramírez Montrull.
Tridente
En su alegato político, Urribarri apuntó directamente contra “sectores de la política, de la Justicia y de medios de comunicación”. Luego, detalló que Entre Ríos no fue ajena a la mesa judicial del macrismo que se investiga en el ámbito judicial. “Yo fui blanco de esa operatoria”, denunció.
“Siempre estuve y estaré a disposición de la Justicia”, sentenció el ex mandatario. “Siempre estuve a derecho. Confió plenamente en que este Tribunal asegure imparcialidad, objetividad y las garantías que hasta el inicio de este juicio no hemos tenido”, disparó, dando golpes sobre la mesa.
Al respecto, reseñó que las causas se iniciaron a través de presentaciones de denunciantes que son “conocidos dirigentes políticos de espacios opositores que motorizaron presentaciones a partir de presentaciones realizadas por un periodista obsesionado conmigo y devenido también, desde hace algunos años, en jugador político con claros intereses”.
A esto sumó el accionar de fiscales que actuaron “con total discrecionalidad y direccionamiento al calor de una coyuntura política y no respetaron normas y jueces de garantía que no han cumplido su función y se han lavado literalmente las manos”
También detalló que estaba sentado en el banquillo de los acusados por unos carteles en la ruta que “terminaron como casillas, por una solicitada y por un parador playero. Y hablan de megajuicio. Como una forma sutil que busca instalar una condena social”, razonó.
“Todo lo que molestaba a la construcción política en algunos lugares del país era atacado por ese tridente”, expuso.
En primera persona
Más adelante, puso nombre propio a estas acusaciones. La pata política de ese armado “es el señor Rogelio Frigerio, el señor del espionaje ilegal y del teléfono encriptado que operó y opera agazapado desde el tiempo en que era ministro. Su plan A es seguir haciendo política en Capital Federal, donde tiene domicilio. Su plan B es la provincia. Para un forastero como él, la &ua






