-¿Cómo surgió la idea de fabricar este dispositivo?
-Advertimos que debíamos trabajar de manera veloz. En marzo comenzaban las noticias sobre un pico inminente que, entre otras cosas, llevaría a un problema en el stock de los respiradores para tratar a todos los enfermos de covid-19. Nuestro objetivo era ofrecer una solución paliativa a esa posible situación de emergencia. Afortunadamente, como todos observamos, el pico se fue desplazando y eso nos dio un tiempo extra para poder perfeccionar el trabajo. Hoy la situación en las terapias intensivas está relativamente calma y el Gobierno hizo lo correcto al apoyar la producción de respiradores en Argentina. Nuestra contribución permitirá ejecutar una política de stock un poco más racional.
-¿En qué sentido?
-Cuando las terapias intensivas se ven desbordadas y los respiradores no alcanzan para todos es fundamental contar con una tecnología alternativa que les permita a los médicos salir del paso hasta que el sistema de salud vuelva a estabilizarse. En 2006 ya habíamos pensado que sería posible bifurcar la salida de los respiradores con el objetivo de conectar a dos pacientes al mismo tiempo. Sin embargo, veíamos algunos problemas; por caso, se requería que las dos personas fueran relativamente parecidas en peso, contextura física y estado pulmonar. En 2010, en EEUU se produjo un tiroteo que generó una crisis en el hospital aledaño y los médicos aplicaron esta técnica de respiración dual, aunque hubo fallas. Por querer salvar a dos personas corrían el riesgo de matar a ambas; resultaba muy difícil regular cuánto oxígeno le correspondía a cada una. Además, los individuos no evolucionan con la misma rapidez frente al mismo problema, por lo tanto, no quedaba muy claro en qué momento los médicos debían liberar la tecnología para pasársela a otro sujeto.
-El principal temor durante la pandemia es que en Argentina ocurra lo mismo que en Italia: médicos que se enfrentan a la situación de elegir a quién colocar el respirador.
-Bélgica ha establecido un sistema de puntajes. A los adultos mayores de los geriátricos que estaban en peores condiciones de salud les ofrecen cuidados menores pero no acceden al respirador. Ello trae, por supuesto, una serie de dilemas éticos muy complejos. Frente a este panorama que planteaba el coronavirus en el mundo, estudiamos de qué manera la creación de un nuevo dispositivo podría contribuir a regular de una manera más precisa cuánto oxígeno le llega a cada paciente y, al mismo tiempo, evitar la contaminación cruzada que en muchos casos sucedía. Creamos una tecnología que se ubica fuera del ventilador, permite sortear estas situaciones e individualizar la llegada de oxígeno según las necesidades de cada persona. Un sistema de válvulas que aprovecha toda la tecnología ya disponible.
-¿En qué consiste?
-Son antiretornos y reguladores que actúan sobre las presiones («pico» y «residual») que se ejercen durante el proceso de respiración. Este sistema que proponemos prevé que los dos pacientes respiren al mismo ritmo, es decir, con igual frecuencia (en el caso en que estén sedados no habría problemas). Además cuenta con manómetros analógicos que ayudan a los profesionales de la salud a controlar la cantidad de oxígeno que requiere cada individuo. También e