Descenso sin precedentes en las ventas de bienes de consumo masivo: en 2024 se registró una disminución del 13,9%

En 2024, el consumo masivo tuvo uno de sus peores años en las últimas dos décadas. La recesión que afectó a la clase media y baja se reflejó en una caída del 18% en las compras en supermercados y tiendas de barrio en diciembre pasado, y del 13,9% si se compara con las ventas totales del año anterior. Fue un año marcado por descensos mensuales constantes en comparación con 2023, ya que los precios se duplicaron y los salarios apenas lograron recuperar su nivel real anterior. Esto, sumado al peso que tienen los servicios en el gasto promedio de las familias, dejó poco margen para adquirir alimentos, bebidas y otros productos.

En diciembre, se volvió a registrar una disminución en el consumo masivo en supermercados, comercios de barrio y pequeñas empresas, siendo uno de los sectores más afectados en 2024. La actividad en estos establecimientos decreció en todos los meses del año, según datos de la consultora especializada Scentia. La caída del 18% en diciembre de 2024, a pesar de compararse con una base baja en diciembre de 2023, resultó significativa. En el acumulado del año, la contracción alcanzó el 13,9%, confirmando las preocupaciones expresadas por empresarios del sector sobre este año difícil.

El desempeño del consumo masivo refleja una situación de crisis económica, aunque el Gobierno se esfuerce por negarla. A pesar de las declaraciones del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre una supuesta "fuerte recuperación" económica, la realidad muestra un fuerte deterioro del poder adquisitivo de los salarios. Aún con una desaceleración en la caída de los salarios reales y del consumo masivo, estos indicadores no logran revertir la tendencia a la baja, especialmente cuando los incrementos en las tarifas de servicios públicos superan el 200% respecto al año anterior y otros servicios consumen una parte significativa del presupuesto familiar.

El impacto negativo en el consumo masivo se evidenció de manera homogénea en todos los canales de venta y regiones del país, con disminuciones similares en las cadenas de supermercados y autoservicios, tanto a nivel nacional como en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Los sectores más afectados por la caída en la demanda fueron las bebidas con alcohol, las bebidas sin alcohol y los productos "impulsivos" como chocolates y golosinas. Además, se registraron descensos importantes en rubros considerados esenciales como higiene, limpieza del hogar, alimentos y congelados.

En cuanto a los precios en el sector, se observó una desaceleración que se situó en un 111,6% en diciembre, alineado con el Índice de Precios al Consumidor del Indec que marcó un 117,8% en el mismo mes. La categoría de Alimentos y Bebidas creció a un ritmo menor que la inflación general, lo que refleja la recesión interna y el control del tipo de cambio oficial en la economía.