Una mala configuración en la temperatura de este electrodoméstico demanda mayor electricidad para funcionar
En los meses de verano muchas familias tienden a cometer un error al configurar la temperatura de sus aires acondicionados, provocando que este dispositivo consuma más energía y por ende aumente la factura eléctrica del hogar.
Según varios manuales de uso de fabricantes de este electrodoméstico, el rango de temperatura ideal para el funcionamiento eficiente del aire acondicionado oscila entre 22 y 26 grados centígrados, que garantiza el confort y optimiza el rendimiento del aparato.
Cuando el termostato se coloca fuera de este rango sugerido, el sistema debe trabajar más intensamente para alcanzar temperaturas extremas, lo que incrementa el consumo energético. Además, factores como la ubicación de la habitación, la cantidad de luz solar y el aislamiento térmico influyen en su eficiencia.
Por qué subir o bajar la temperatura aumenta la tarifa de energía
Cuando el aire acondicionado se ajusta a una temperatura inferior a los 22 grados centígrados o superior a los 26 grados, el compresor del dispositivo trabaja de manera continua, aumentando el consumo energético.
Este esfuerzo adicional también genera un mayor desgaste en los componentes del sistema, reduciendo su vida útil. Cada grado adicional fuera del rango ideal incrementa el consumo de energía.
Además, mantener el termostato en una configuración extrema no necesariamente mejora el confort. Las temperaturas muy bajas pueden resultar incómodas y contraproducentes, especialmente si el cambio térmico entre el interior y el exterior es muy pronunciado. Este desequilibrio también puede aumentar la probabilidad de problemas de salud.
Cómo mejorar el funcionamiento del aire acondicionado en el hogar
El aislamiento térmico de una vivienda desempeña un papel crucial en la eficiencia del aire acondicionado. Las paredes y ventanas que no cuentan con un aislamiento adecuado permiten que el calor exterior entre fácilmente, obligando al aparato a trabajar más para mantener la temperatura deseada.
Por otro lado, medidas simples como sellar grietas, instalar cortinas térmicas y utilizar vidrios dobles pueden reducir en gran manera la transferencia de calor. Estas soluciones ayudan a optimizar el uso del aire acondicionado y mejoran el confort general del hogar durante todo el año.
Por qué se debe hacer mantenimiento al aire acondicionado
El mantenimiento adecuado del aire acondicionado es esencial para garantizar su eficiencia energética. Filtros sucios, bobinas obstruidas o niveles de refrigerante insuficientes pueden aumentar considerablemente el consumo de energía.
Según expertos en esta área, un dispositivo que no tenga un buen mantenimiento puede usar hasta una quinta parte más de energía para enfriar el mismo espacio interior.
Revisiones periódicas, como la limpieza de filtros y la inspección de componentes, no solo prolongan la vida del aparato, sino que también aseguran que funcione de manera óptima. Muchos fabricantes, incluidos LG, sugieren realizar estos mantenimientos al menos una vez al año o dependiendo del uso.
Qué otras prácticas ayudan a reducir el consumo de energía
Existen otras prácticas que pueden reducir el consumo de energía. El uso de ventiladores de techo o portátiles puede complementar el enfriamiento, permitiendo que el aire acondicionado funcione en configuraciones menos exigentes.
También, como una solución simple hay que cerrar cortinas o persianas durante las horas más calurosas del día para bloquear la radiación solar directa.
Otra estrategia es aprovechar las horas nocturnas para ventilar el hogar, siempre que las temperaturas exteriores sean más bajas. Esto puede reducir la necesidad de enfriamiento durante el día y, en consecuencia, el consumo de electricidad.
Cómo impacta el uso del aire acondicionado al medio ambiente
El consumo excesivo de energía no solo impacta las finanzas personales de los hogares, sino que también tiene consecuencias ambientales. La generación de electricidad emite gases de efecto invernadero que contribuyen a problemas como el cambio climático.
Optimizar el uso del aire acondicionado puede reducir la demanda energética y, con ello, las emisiones de carbono, ayudando a la salud del planeta.
Además, elegir aparatos con alta eficiencia energética, como los que cuentan con tecnología inverter, puede marcar la diferencia. Estos dispositivos ajustan la velocidad del compresor según las necesidades de enfriamiento, reduciendo el consumo y el impacto ambiental.