La relación entre el gobierno y los industriales atraviesa su momento más tenso. En la conferencia anual de la Unión Industrial Argentina (UIA) que tendrá lugar el martes, el ministro de Economía canceló su participación este lunes. Por su parte, Milei tampoco asistirá y en su lugar envió una carta protocolar de saludo.
Las principales empresas industriales del país se encontrarán sin la presencia de los dos protagonistas clave de la política económica en su reunión anual, en la que suelen participar ministros y presidentes. En esta ocasión, tendrán que conformarse con la participación de Juan Pazos, designado por Caputo para mantener la relación con los sectores con los que no hay una buena relación, como el campo e industria.
Después de haber mostrado cierta tolerancia durante meses, los industriales ya no pueden ocultar su descontento con el gobierno de Milei. A pesar de ser uno de los sectores más afectados por la dirección económica del gobierno, mantenían una postura conciliadora que desgastó la representación de Daniel Funes de Rioja. El evento iniciará con la intervención de Martin Rapallini, quien según revelaciones es el candidato de Techint para suceder a Funes. La relación de Funes de Rioja con el gobierno es peculiar, ya que su estudio Bruchou & Funes de Rioja redactó la ley ómnibus y respaldó al titular de la Aduana, Eduardo Mallea.
La brecha entre la cúpula empresarial y las bases regionales se amplía cada vez más, a medida que los indicadores empeoran y Funes de Rioja se queda sin recursos para frenar las demandas en un contexto cada vez más crítico.
El Observatorio Pyme informó que la producción tuvo una caída interanual del 15% y el empleo del 7%, los niveles más bajos desde 2015. El director del observatorio, Federico Poli, expuso en la conferencia de la UIA manifestando que la sobrevaluación cambiaria y las medidas adoptadas por el gobierno profundizan esta crisis.
En la antesala del evento industrial, el gobierno sorprendió a los empresarios al abaratar las importaciones con la eliminación del anticipo del impuesto país y la flexibilización en la importación de electrodomésticos. Se evidencia una disputa entre el gobierno y los industriales por los precios locales, como lo demuestran declaraciones de figuras políticas y empresariales.
Desde la UIA, se responde a esta situación apelando a la competitividad y señalando la necesidad de una intervención estatal sólida para mejorar la productividad y la posición de la industria argentina a nivel regional. Argumentan que factores como la presión tributaria, los altos costos logísticos y energéticos, la falta de financiamiento y otros aspectos afectan directamente la competitividad del sector industrial en el país.