Desde el Programa Provincial de Zoonosis y Vectores se recuerda que el hantavirus se transmite principalmente a través del contacto con roedores infectados, ya sea por sus excrementos, orina o saliva. El ratón colilargo es el principal reservorio del virus, y las personas pueden infectarse al inhalar partículas de orina o excrementos de estos animales, así como por contacto directo con roedores infectados.
Los síntomas de esta enfermedad incluyen fiebre, cansancio general, y un cuadro similar al de la gripe (aunque sin moco ni dolor de garganta), lo cual suele ser confundido con gripe o amigdalitis debido a la presencia de tos, dificultad para respirar y opresión en el pecho. También se puede experimentar dolor de cabeza, diarrea y, en etapas avanzadas, fatiga al caminar.
El hantavirus es una enfermedad con alta mortalidad para la cual no existen vacunas ni tratamientos específicos, y no se transmite de persona a persona.
Para prevenir el hantavirus, es fundamental evitar la presencia de roedores en los hogares y áreas cercanas, llevando a cabo medidas de limpieza en el hogar. Además, se deben tomar precauciones al realizar actividades en zonas rurales o boscosas, como usar guantes y mascarillas al limpiar o manipular objetos potencialmente contaminados. Es aconsejable ventilar espacios como galpones y limpiar superficies, artefactos y muebles con una solución clorada. En viviendas cercanas a islas o riberas de ríos, se recomienda sellar orificios por donde puedan ingresar los roedores y desinfectar los ambientes con agua y lavandina.
Por otro lado, la leptospirosis es una enfermedad bacteriana que se transmite por el contacto directo con la orina de animales infectados, especialmente roedores, ganado y otros animales domésticos. La bacteria puede ingresar al cuerpo humano a través de cortes en la piel o mucosas, especialmente en contacto con aguas contaminadas durante inundaciones o lluvias intensas.
En Entre Ríos, los casos de leptospirosis generalmente están relacionados con personas que realizan labores rurales y tienen contacto estrecho con animales.
Entre las medidas preventivas más relevantes se incluye: usar guantes y botas de goma al realizar tareas de desratización, desmalezado o limpieza de terrenos; mantener limpios los patios y terrenos para evitar refugio de roedores; lavarse las manos antes de comer, después de interactuar con animales o tras exposición a orina, suelo o aguas contaminadas; y evitar el contacto con aguas estancadas que puedan estar contaminadas.
En casos de inundaciones, es importante limpiar y desinfectar las viviendas con agua y lavandina, utilizando botas y guantes. Se debe eliminar el barro antes de volver a habitar las casas. (APFDigital)