José Carlos Machado, apodado El Pelón, es un asesino serial uruguayo que comenzó su historial delictivo con asesinatos antes de cumplir la mayoría de edad. Su primer crimen ocurrió en 2010, cuando mató a un comerciante. Tras este hecho, la Justicia ordenó su internación en un centro para menores. Durante una salida transitoria, cometió un segundo homicidio: disparó varias veces desde una moto a un hombre de 33 años que, según explicó ante el juez, se había involucrado con su hermana.
Luego del segundo asesinato, El Pelón fue sometido a un régimen de privación absoluta de libertad. Sin embargo, tras 60 días de internación provisoria, recuperó la libertad y, apenas cuatro días después, cometió un tercer homicidio, esta vez contra un repartidor de cigarrillos. Por estos hechos fue condenado a cinco años de privación de libertad, la pena máxima que se aplicaba a menores en ese momento.
En 2012, durante un interrogatorio, Machado manifestó que no sentía arrepentimiento ni remordimiento por sus crímenes. Cuando le preguntaron si había sentido algo al matar, respondió: “Como sentir, no“, según un perfil publicado por Montevideo Portal. Pasaron aproximadamente 13 años hasta que fue detenido nuevamente en una persecución por un camino vecinal, momento en que fue acusado por otros cuatro homicidios. El fiscal Fernando Valerio, a cargo de la investigación, lo definió como un “asesino serial”.
Antes de escalar en el mundo criminal, Machado cometió otros delitos. A los 15 años ingresó por primera vez a un centro de menores por problemas relacionados con drogas. Tras salir en libertad, volvió a ser detenido por rapiñas, hurtos y lesiones personales. Fue después de esta segunda internación que los investigadores notaron un cambio en su conducta: pasó de ser un delincuente menor a un asesino que actuaba sin reparos.
El caso de El Pelón generó un fuerte debate político en Uruguay. Su perfil y los crímenes que cometió fueron parte de la discusión que llevó a un plebiscito en 2014 para bajar la edad de imputabilidad a los 16 años. La mayoría de sus homicidios ocurrieron durante rapiñas, en las que veía a las personas únicamente como obstáculos para conseguir lo que quería. Su frialdad llamó la atención incluso de organizaciones narco, que comenzaron a vincularlo con bandas criminales del área metropolitana de Montevideo, para realizar encargos a cambio de dinero.
Según la Policía, el modus operandi de El Pelón consistía en disparar o apuñalar a sus víctimas, darles la espalda y retirarse del lugar. Recibía pagos según la cantidad de personas que debía amedrentar o matar. Cuando gastaba el dinero, volvía a delinquir, en un ciclo constante de violencia y criminalidad.
En septiembre, durante una audiencia judicial, Machado declaró: “No me arrepiento de nada. Hay cosas que todavía no están aclaradas”. Fue detenido el 25 de ese mes mientras se trasladaba en moto con otra persona. En esa instancia fue imputado por cuatro homicidios recientes, además de uno ocurrido en 2021. También se le atribuyeron dos delitos de rapiña, uno de receptación y otro de portación de armas.
Entre los crímenes que se le imputan está el asesinato de Thalía, una enfermera de 26 años que fue baleada en el pecho durante un intento de rapiña en el balneario Playa Verde, Maldonado. También se le acusa por el homicidio de un hombre de 33 años en Colonia Nicolich, ocurrido el 8 de septiembre, y por otro asesinato el 13 de septiembre en el barrio Estadio de Pando, ambos en Canelones. Además, está vinculado a un crimen de 2021, cuando atacó con cuchillos y mató a Christian Sufo, quien era la pareja de una ex novia de Machado.
El abogado de la familia de Thalía, Leandro Arévalo, señaló que la mujer fue víctima de un raid homicida que Machado cometía en un contexto de desesperación por una fuga. Según Arévalo, la enfermera simplemente se encontró en el lugar y momento equivocados.
De acuerdo con Montevideo Portal, la Fiscalía solicitará una condena de 30 años de prisión para El Pelón, más otros 15 años de medidas limitativas de seguridad. Si un juez acepta esta petición, se aplicaría la pena máxima prevista en el Código Penal uruguayo.
