Las sesiones extraordinarias que comienzan este lunes en el Congreso, representan un doble desafío para la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel. En este contexto delicado en términos de votación, deberá avanzar con la agenda libertaria y atravesar una tensa sesión preparatoria a finales de febrero, cuando se producirán cambios en las autoridades de la Cámara alta. Un escenario que sin duda complicará aún más la convivencia en todos los aspectos.
En cuanto a las sesiones extraordinarias, el Senado aún no cuenta con un temario abrumador, ya que la única ley dictaminada y lista para ser tratada en el recinto es la de "antimafias". Aunque hay algunas modificaciones solicitadas por legisladores, como José María Carambia, lo que obligaría un retorno a Diputados para una segunda revisión.
Por otro lado, pendientes de dictamen oficial se encuentran los pliegos de los candidatos propuestos para integrar la Corte Suprema de Justicia: Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla.
El panorama en el Senado se torna complicado ante la presencia del kirchnerismo, que cuenta con 33 legisladores y pronto sumará 34 con la asunción de la camporista Stefanía Cora. Del otro lado, el oficialismo y una oposición cada vez menos dialogante suman 37, totalizando 70 integrantes en lugar de los 72 previstos en la Cámara alta.
El mes próximo, Villarruel enfrentará un terreno aún más complejo, especialmente durante la sesión preparatoria del 24 de febrero, donde se designarán autoridades y se fijarán los días y horas de sesiones ordinarias. La batalla por la secretaría administrativa del Senado se vislumbra como un desafío significativo, generando tensiones internas que podrían agravar aún más la situación.
En medio de este escenario, la oposición se cuestiona los motivos de su derrota en 2023, mientras que en el Senado se avecinan decisiones trascendentales que podrían modificar el curso de los acontecimientos políticos.