Bolivia se enfrenta a un cambio histórico en sus elecciones presidenciales y legislativas del domingo 17 de agosto. Con una crisis económica y social inédita en función de los últimos 20 años, el país de 11,3 millones de habitantes se prepara para votar en medio de una profunda división política.
Después de 20 años de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS), las encuestas muestran que la oposición de derecha, liderada por dos figuras prominentes, el empresario Samuel Doria Medina y el expresidente Jorge "Tuto" Quiroga, encabezan la intención de voto. La caída de las exportaciones de gas, una creciente inflación y la escasez de productos básicos —como combustible y alimentos— calaron hondo en la sociedad boliviana, llevando a un giro radical que parece inclinarse hacia la derecha por primera vez desde 2002 excepto que los candidatos de la izquierda dividida logren llegar al balotaje en octubre.
Mientras el MAS se desangra internamente con la fractura entre Evo Morales y el presidente Luis Arce, la oposición a los artífices del "milagro boliviano" se alza con propuestas de cambio radical. La impotencia del gobierno de "Lucho" Arce —el exministro de Hacienda de Morales— de aliviar la crisis abrió el camino a una nueva etapa política en Bolivia. Los próximos comicios, lejos de ser una mera formalidad, podrían redefinir el rumbo del país.
Esto no les gusta a los autoritarios El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad. Hoy más que nunca Suscribite
Tras dos décadas, podría ganar la derecha en las elecciones de este domingo en Bolivia
Por el lado de la izquierda, Andrónico Rodríguez, el candidato mejor posicionado dentro del MAS pero que intentó despegarse de ese sello, se encuentra en una posición mucho más baja, con un 5,5% de apoyo. El desplome en intención de voto se explica en parte por el comportamiento de Morales, pero también un margen de votantes indecisos. Pero si este escenario se sostiene, el histórico partido hegemónico creado por Morales quedaría al borde de perder el estatus legal para competir en las siguientes elecciones.
2. Los candidatos y sus plataformas
Con la inhabilitación de Evo Morales para postularse y la salida de Luis Arce de la contienda, los principales candidatos de la derecha han tomado la delantera en las encuestas. Samuel Doria Medina, magnate de 66 años y candidato de centroderecha, es uno de los grandes favoritos. Doria Medina, quien ya se postuló en anteriores elecciones, ha prometido un cambio estructural que involucra el recorte de subsidios, la privatización de empresas estatales y la liberación de los mercados. Según dijo al cierre de su campaña, "en 100 días vamos a lograr parar la inflación, vamos a lograr que vuelvan los combustibles, vamos a lograr que vuelvan los dólares".
4. El impacto de la crisis económica
La crisis económica fue el principal motor de este cambio en el panorama electoral. En un país tradicionalmente dependiente de las exportaciones de gas, Bolivia vio cómo la producción de este recurso cae año tras año desde 2017. La escasez de divisas, sumada a un alto déficit fiscal y la emisión monetaria por parte del gobierno, dispararon la inflación a niveles históricos. “Nuestra situación está realmente por los suelos. Nuestra moneda se ha devaluado, los sueldos no alcanzan, todo está carísimo”, señaló Freddy Millán, un ingeniero de 53 años de la rica región de Santa Cruz, en diálogo con AFP.
La inflación interanual alcanzó un 24,8% en julio de 2025, la más alta desde 2008, mientras que los precios de los combustibles y alimentos han puesto en jaque a las familias bolivianas. En las calles de La Paz y Santa Cruz, los ciudadanos se quejan de largas filas para acceder a productos esenciales como gasolina, harina o incluso pan. "Estamos esperando con muchas ansias que lleguen de una buena vez las elecciones para cambiar este modelo que nos ha empobrecido bastante", expresó Wilson Paz, un trabajador independiente de 39 años.
Evo Morales
6. La derecha toma el control: un futuro incierto
Bolivia se enfrenta a una nueva etapa política. Si las proyecciones de las encuestas se cumplen, los dos candidatos de derecha, Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga, se enfrentarían en una segunda vuelta el 19 de octubre. Ambos han prometido medidas de choque para superar la crisis económica, como recortes drásticos del gasto público y la eliminación progresiva de los subsidios a los combustibles. Lo novedoso sería, en cambio, que alguno de los candidatos del espectro del MAS lleguen al balotaje.
"Cualquiera es mejor que esto", afirmó Carlos Tavera, un socialista jubilado de 65 años, en referencia al fracaso del gobierno de Arce. En este contexto, las promesas de un cambio radical en la política económica parecen encontrar eco entre un electorado cada vez más frustrado con la gestión del MAS.
En tanto, el 17 de agosto será una fecha decisiva para Bolivia, marcada por un descontento generalizado con el MAS y el surgimiento de una derecha dispuesta a reformar la economía con promesas de austeridad y liberalización, poniendo en juego las conquistas sociales de los últimos 20 años. En un país que atraviesa una de las peores crisis económicas de su historia reciente, las elecciones no solo determinarán el futuro político, sino también la dirección económica del país.
CD






