Pasadas las 21 horas, Martínez se dirigió a sus a seguidores desde su comando de campaña en el centro montevideano. “Se siente se siente, Martínez presidente”, cantaba la militancia. El exintendente de la capital, de 62 años, llevaba una bandera de Uruguay en su hombro izquierdo, secundado por su compañera de fórmula Graciela Villar. “La fuerza más importante del Uruguay se llama Frente Amplio. Es la apuesta a las certezas, a la estabilidad, y no la apuesta al ajuste con un destino incierto. En esta nueva etapa que se abre los ciudadanos van a elegir a personas concretas. Acá están Graciela y Daniel, vamos que podemos”, sostuvo.
El Frente Amplio pierde la mayoría parlamentaria con la que gobernó durante tres períodos consecutivos a partir de 2005, y deberá pugnar en solitario por la Presidencia.
Eran las 22. 30 cuando habló Lacalle Pou ante sus simpatizantes, acompañado por su compañera de fórmula Beatriz Argimón. El ex diputado y senador de 46 años, que se candidatea por segunda vez a las presidenciales, insistió con su idea de campaña: “queremos cambiar el país….Se va a instalar el Uruguay de la tolerancia”. Quiero pertenecer a un gobierno que no les diga a los uruguayos que no les van a subir los impuestos y las tarifas y después les mienta". El abogado, hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle –recordado por sus políticas neoliberales– dijo que agradecía el apoyo de los otros partidos para formar una coalición variopinta.
Consultado por Página12, el historiador Gerardo Caetano señaló los desafíos para la coalición de centro-izquierda oficialista. “El Frente Amplio se confirma como la primera fuerza política. De cara al ballottage, la situación de ventaja es para Lacalle Pou. El hecho novedoso es el partido ultraderechista de Manini Ríos: el voto de Cabildo Abierto será clave para la segunda vuelta. Ese partido tiene la llave de las mayorías legislativas” afirmó el politólogo.
De su lado, Adolfo Garcé, profesor del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de La República dio su opinión sobre esta elección. “El Frente Amplio lleva 15 años gobernando. Siempre surge un poco de descontento, de promesas incumplidas. Por ejemplo, la desocupación es baja (8 por ciento), pero se fueron perdiendo puestos de trabajo en los últimos años. El déficit fiscal viene en aumento desde hace tres años. El gobierno tuvo que subir impuestos en 2016 y eso generó malhumor”.
El economista Alberto Couriel, quien fue 25 años senador del FA, señaló a este diario que mientras la coalición oficialista siempre se preocupa por el gasto social, el empleo y la salud, la derecha siempre está preocupada por el déficit fiscal. “La derecha ve al déficit fiscal como si fuera todos los males del mundo. Ya vemos las experiencias de Macri, Bolsonaro y Piñera. La derecha va a implementar un ajuste clásico: recortar el gasto, lo que conlleva a una menor demanda interna y la caída del salario real.
En su programa de gobierno Lacalle Pou plantea reducir el gasto del Estado para superar el déficit fiscal de 4,9 por ciento del PIB que arrastra el país. Entre otras medidas criticadas por el oficialismo, propone reducir la reposición de vacantes en el sector público para bajar erogaciones.
Si bien la inversión en educación es de un 4,2 por ciento del PBI, Garcé alertó sobre un aspecto a resolver, parte de los reclamos de la ciud






