El mundo del ajedrez atraviesa horas chispeantes y sus jóvenes jugadores desafían a diario el milenario historial con marcas sorprendentes. Niños y niñas, cada vez más precoces, patean el tablero y sus viejas estructuras y establecen nuevos récords. En el ámbito local, Ernestina Adam, acaba de consagrarse como la reina más joven entre las mujeres de Argentina, tras la conquista del 75° Campeonato Nacional Femenino, a los 15 años y 6 días, superando la marca, que en 1985 instauró la maestra Claudia Amura, con 15 años y 20 días.
-¿Título y récord, una hazaña impensable?
-Sí, todo junto. Te aseguro que todavía no caigo, no pude procesar todo lo sucedido. Ocurrió muy rápido y mi primera reacción fue tomarlo con calma. Estoy muy feliz con lo que me está pasando. Sé que éste no es mi techo, y que aún tengo mucho más por alcanzar.
Ernestina cumplió sus 15 años el pasado 23 de noviembre, en plena competencia, y seis días más tarde se calzó la corona de Reina del ajedrez femenino de argentina por la obtención del certamen que se disputó en el Museo de Vicente López, con la participación de 20 jugadoras. Antes había logrado el título en categorías menores, entre las chicas Sub 12, Sub 14 y Sub 16, pero ahora, la hazaña fue en la prueba superior. Un puesto de privilegio que muy pocas mujeres consiguieron en el historial doméstico.
La práctica del ajedrez entre mujeres comenzó en la Argentina hace casi un siglo. El primer campeonato se celebró en 1938, como consecuencia que al año siguiente junto a la Copa de Naciones (así se llamaba antes a las Olimpíadas de Ajedrez) realizada en Buenos Aires se disputaría de manera paralela el Mundial femenino. La búsqueda de mujeres que se sumaran a la actividad obligó a los clubes a que el armado de sus torneos no fuera una tarea exclusiva de varones. De los 75 campeonatos nacionales femeninos disputados entre 1938 y 2024, sólo tres mujeres se consagraron a la edad de 15 años: Virginia Justo, en 1978, Amura, en 1985, Elisa Maggiolo en 1995 y Carolina Luján, en 2000. Pero desde el 29 de noviembre, el récord en precocidad quedó en poder de Ernestina Adams.
“Yo sospechaba que si conseguía el título podía ser récord, pero no sabía cuántas chicas lo habían logrado a mí misma edad. Había escuchado que Amura lo alcanzó pocos días después de sus 15 años, por eso recién cuando terminó el torneo supe que había batido el récord (risas)”, le dijo a Infobae Ernestina, que es socia y representante del Círculo de Ajedrez de Villa Martelli.
Los festejos por el logro alcanzado no sólo fueron junto a su familia, también fue homenajeada en el Club de Martelli, en la plaza de ajedrez, de esa localidad, junto a la Intendenta de Vicente López, Soledad Martínez. Días después, y junto al cierre del campeonato de varones, Adam posó con el trofeo junto al campeón Sandro Mareco. Los monarcas del ajedrez argentino en 2024.
Nacida, criada y por siempre vecina del barrio de Carapachay (en el municipio de Vicente López), la niña, fruto del amor de papá Daniel y mamá Gabriela, y hermana menor de Isabella, llegó al mundo del ajedrez por una elección azarosa.
“En casa no se jugaba al ajedrez. El vínculo quizás viene de mi abuela paterna Elena, cuyo apellido de origen polaco, es el mismo del gran maestro de ese país, Michal Olszewski, que quizás sea un pariente muy pero muy lejano mío (risas). A los 4 años mi mamá me llevaba al Club Drysdale; allí practicaba danzas, y por curiosidad descubrí que el ajedrez era otra actividad. Así conocí a mi primer profe, Rubén Arrué, y allí empezó todo. ¡Tenía tantas ganas de aprender que empecé a tomar más clases con él en el Círculo de Ajedrez de Villa Martelli!”, rememora la joven Adams que cursa el 3° año del ciclo secundario bajo el Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino (SEADEA).
-¿Y enseguida empezaste a competir?
-Todo fue de a poco, en 2019, a los 10 empecé a jugar en el Club J.J. Urquiza, en Caseros, dos años después fui jugadora del Círculo Torre Blanca, en Almagro, la pasé muy bien, pero el viaje era muy largo desde mi casa en Carapachay, así que en 2023 regresé al Círculo de Martelli. En esos años tuve muchos profesores: Carlos Godoy, Ignacio Bernard y Fabián Fiorito. Entre 2021 y 2024 logré mi despegue, subí más de 800 puntos en mi ranking, y gané los argentinos femeninos en las categorías Sub12, Sub14, Sub16, y ahora, el Superior de mujeres.
-Como a otros chicos, ¿a vos los tiempos de encierro y pandemia te sirvieron para crecer en el ajedrez?
-No creo, cuando empezó la pandemia yo tenía 11 años y no entrenaba todo el día. Mi maduración en el juego empezó después, cuando comencé a tomar más clases y a entrenar duro; 2024 fue el año de mi verdadero salto.
Es que Ernestina Adam, además de su hazaña con la conquista de la corona local, previamente, entre el 29 de octubre y el 9 de noviembre fue una de los 17 representantes argentinos que viajaron al Mundial de la Juventud, que se disputó en Florianópolis. Ella fue la mejor de la delegación con la obtención del 5° puesto en la categoría Sub 16. Sumó 7,5 puntos (producto de 6 victorias, 3 empates y 2 derrotas). Tamaña actuación le permitió ganar 54 puntos en el ranking, que sumados a los 40 por su labor en el Argentino Femenino, la posicionaron como la 4ª mejor jugadora mujer del país, detrás de Candela Francisco, María José Campos y Carolina Luján.
-¿Y por qué el despegue llegó ahora?
-Como te dije, porque maduré, porque me preparé muy duro para jugar el Mundial en Brasil. Hice un trabajo súper exigente, en aperturas y cálculos con mi profesor Martín Bitelmajer, también trabajé con Carlos Godoy y Javier Rebottaro, que es un amigo y además psicólogo. Tomé clases grupales con el profe Guillermo Llanos, y gracias a la FADA recibí clases con Andrés Rodríguez. Fueron meses de 6 o 7 horas diarias de entrenamiento, de encierro, descuidé un poco la escuela y pasé pocas horas con mi familia. Ahora es tiempo de balancear las cosas.
-Tal vez quién no es del ambiente no comprenda el esfuerzo que exige la alta competencia
-Para darte una idea, mi vida está ciento por ciento dedicada al ajedrez. Es lo que me gusta, me apasiona y quisiera vivir de ello, ahora como ajedrecista y el día de mañana como entrenadora. Sabía que el Mundial era mi oportunidad, porque no se juega todos los días y porque el momento era ese. Recuerdo que me levantaba, desayunaba y entrenaba. Al mediodía almorzaba y después entrenaba. A la tarde, la merienda y seguía el entrenamiento y así hasta la noche. La preparación fue dura pero muy buena. Además, me sirvió porque al regresar de Brasil a los pocos días empezaba el Femenino, y yo estaba en forma. Creo que tanto esfuerzo valió la pena y ahora puedo disfrutar de todas estas cosas.
-¿Y tu familia, qué dice?
-Mi papá trabaja en una empresa de seguridad, mi mamá es ama de casa y mi hermana estudia en una Escuela Técnica; ellos son mi gran contención; ellos disfrutan de mis alegrías y yo de verlos felices. También mucha gente del ambiente me saludó y se alegró de mis logros; todos son parte de mi vida. De una vida que quiero dedicarla al ajedrez. La escuela es importante, aunque todavía me faltan tres años para terminar el secundario, sin embargo, no sé qué carrera pueda interesarme. Estoy enfocada en el ajedrez y mi deseo es el de llegar lo más alto que pueda.
Aunque Ernestina no es una chica futbolera -“sólo sigo los partidos del seleccionado de Messi”, dice-, ella es socia del Club Chacarita Juniors, junto a su papá, y es parte del plantel de ajedrez de ese club. Allí creó una escuelita para los más chicos.
-También formás parte de la nueva generación de chicos y chicas argentinas que sobresalen con el ajedrez
-Creo que todos los que nos destacamos puede ser por alguna cuestión de más o menos talento, pero si sobresalimos es por la capacidad de trabajo. Todos, como yo, respiramos ajedrez y trabajamos mucho. Y no es sólo acá, cada vez hay más chicos por el mundo que a los 13 años ya son grandes maestros.
-¿Tenés algún ejemplo a seguir?
-Admiro mucho a Candela Francisco; ella es ejemplo de trabajo y constancia. Su carácter, su manera de buscar la victoria, no tiene miedo. Ella juega también frente a varones, y si pierde lo vuelve a intentar. Para mi es el mayor ejemplo que tengo
-También debés tener muchos sueños
-En lo inmediato debería jugar más y luchar por ganar algún torneo internacional, disputar algún torneo zonal o clasificarme a una copa del mundo. También llegar a mi techo en la categoría femenina representando al país en una olimpíada o mundial. Pero el gran sueño sería conseguir el título de gran maestro entre los varones.
-¿Sólo soñás con el ajedrez?
-Es que en verdad es lo que me gusta, y qué mejor que dedicarte a hacer lo que te gusta y no ir en búsqueda de una carrera sólo por querer ganar algo más de plata. Pero también sueño con otras cosas, y no sólo para mí, pienso en mi familia, en mi país. Quisiera que mejoren las cosas para mis padres, a sus vidas después de tantos años de esfuerzos y trabajo. Lo mismo para mucha gente que me rodea, que consiga progresar en sus cosas. Que por fin tengamos un país mejor.
-¿Te irías a vivir a otro lugar para asegurar tu futuro en el ajedrez?
-No lo creo, soy muy familiera (risas). Sí podría hacer el esfuerzo de viajar y competir, pero volvería a cada ratito.
Ernestina Adam, la nueva reina del ajedrez argentino. La más joven, aunque juegue y piense como una experta. Tiene mucho para soñar.