Estación china en Neuquén: Qué hace y qué mirá y por qué es tan importante.

En Nacionales
abril 14, 2024
La nueva embestida contra la Estación china de Estudio del Espacio Profundo de Bajada del Agrio en Neuquén tiene puntos recurrentes y algunas novedades. Entre ellas, las elecciones de noviembre en EEUU para las que Joe Biden vuelve a presentarse como candidato tensionando la narrativa del fantasma chino en la campaña. Otra novedad es el nuevo gobierno. China volvió a responderle el viernes a la generala Laura Richardson con un comunicado. En el medio está la Estación: qué hace y qué mirá y por qué es tan importante.

Podría ser el comienzo de una charla con un bot de Inteligencia Artificial.

 

–Hola, ¿cómo estás? –pueden preguntarle desde la Estación de Estudio del Espacio Profundo de Neuquén. Del otro lado, muy lejos, a 300 mil kilómetros de la Tierra, está el bot: un módulo o nave interplanetaria o robotito con un nombre mitológico: Yutu, en mandarín un conejo que vive junto a una princesa llamada Change o diosa de la Luna. En 2019, el robot Yutu pisó el lado oscuro de la Luna para la misión del Chang´E-4. Ese día China logró el hito de convertirse en el primer país en pisar la zona más antigua, misteriosa y más grande de la superficie lunar. Un año después, el Chang´E-5 aterrizó del lado cercano pero volvió a la Tierra con dos kilos de suelo lunar, también por primera vez en más de cuarenta años. Para entonces, la antena de Neuquén llevaba dos años operando, recibía y enviaba información, era una de las tres antenas chinas dirigidas al espacio profundo y la única fuera de su territorio. Estados Unidos se había quedado dormido, dicen quienes pasaron por la Estación: llevan unos cincuenta años de retraso en la carrera espacial.

 

–¿Podes mandarme la posición del sol? -–podrían pedir al bot desde la Tierra y no es que no sepan dónde está el sol sino que buscan saber donde amaneció el módulo. “También le pedimos que controle la temperatura exterior, por ejemplo, o parámetros parecidos como para entender si todo está en orden”, dice a modo de explicación uno de los científicos que pasó por Neuquén. Así, pueden conectarlo primero para chequear que todo esté en condiciones y más tarde para pedir otras cosas. “Necesitamos que mañana sobrevueles la zona –le dicen– y saques una foto o midas el campo magnético y mandes la información”.

 

Eso es lo que hace la antena. Transmite información y recibe mensajes, según explica el mismo científico. Hasta ahora, brindó apoyo a tres misiones del Programa Chino para la Exploración de la Luna: Chang’E-3, Chang’E-4 y Chang’E-5 y dio soporte a la misión a Marte. Pero la Luna es también territorio de disputa. Como la Antártida contiene una reserva de recursos escasos en la tierra, minerales raros, titanio, uranio, helio-3 y por la ausencia de vientos parece ideal para la producción de energía solar. Años atrás, Estados Unidos la declaró objetivo estratégico. Pero aún así, ni la carrera espacial ni el retraso norteamericano ni siquiera los recursos –de producción cara y traslados aun fuera de escala–, parecen explicar por si solos la embestida contra la antena, de parte de la generala Laura Richardson y el embajador Marc Stanley que, literalmente, salió a ponerlo en agenda durante una entrevista.

 

Sabino Vaca Narvaja viene ensayando algunas hipótesis. Ex embajador argentino en China, dice: “La Estación es determinante para el programa espacial chino, pero también para nuestro ecosistema científico a raíz de que China comparte información con Argentina”. A su criterio, este momento tiene elementos viejos como otros reclamos de la propia Richardson y otros novedosos.

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