“El plan del PT, de la A a la Z, es elegir a Lula Presidente de la República”, aseguró en enero la senadora y presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, en entrevista con La Tercera. Una estrategia que el excanciller Celso Amorim ratificó ese mismo mes en declaraciones a este medio: “No hay plan B”. Y en mayo, tras una visita a “su viejo amigo” en la cárcel en Curitiba, el teólogo Leonardo Boff fue categórico: “Él (Lula) no piensa en un plan B”.
Pero obligado por las circunstancias, el PT anunció la noche del domingo que el exalcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, será su candidato presidencial si se le prohíbe al expresidente, quien está preso por un caso de corrupción, postularse para las elecciones de octubre. En el caso que las autoridades electorales brasileñas no declaren inelegible a Lula, Hoffmann dijo que Haddad será el candidato a la vicepresidencia.
El PT inscribirá a Lula formalmente como candidato el 15 de agosto, último día del plazo legal, ante el Tribunal Superior Electoral (TSE), que deberá decidir si acepta la postulación del exmandatario, que purga una pena de 12 años de cárcel por corrupción.