Los diputados de la mayoría presidencial y del centro votaron a favor de este texto durante su votación definitiva en la Asamblea Nacional, la cámara baja del Parlamento, mientras que la derecha y la izquierda se abstuvieron, criticando una "operación de comunicación" que "no va a cambiar nada".
Este proyecto de ley prohíbe el uso de todo aparato conectado (móviles, tabletas, relojes) en las escuelas y colegios, es decir los centros de educación secundaria que por lo general acogen a niños de hasta 15 años.
Habrá excepciones "para el uso pedagógico", así como para los niños dispacacitados, se anunció.
En lo que concierne a los cursos superiores (entre 15 y 18 años), cada instituto podrá decidir si adopta o no la medida, y si lo hace de forma parcial o total.
La ley francesa prohíbe desde 2010 los teléfonos celulares "durante cualquier actividad de enseñanza y en los lugares (donde están) previstos por un reglamento interior".
El ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, que estimaba que esto no se cumplía plenamente, aplaudió esta nueva ley "de entrada al siglo 21" y que "envía un mensaje a la sociedad francesa", pero también al extranjero, donde "otros países han mostrado su interés".
En el capítulo dedicado a la Educación del programa electoral de Macron, elegido presidente en mayo de 2017, figuraba la prohibición de los celulares en las escuelas de primaria y secundaria.