La mayor parte de las mujeres que se van a sentar ahora en Capitol Hill son demócratas y sus victorias contribuyeron a que el partido en la oposición a Donald Trump recuperara el control de la Cámara de Representantes, que durante los pasados ocho años estuvo bajo la hegemonía republicana.
Las cifras récord de candidatas que se presentaron a estas elecciones hacía presagiar ya que el resultado de los comicios constituiría un nuevo hito histórico. Hubo 257 aspirantes al Congreso y la abrumadora mayoría, un 75 por ciento, eran demócratas.
Este número récord fue, según sociólogos y politólogos, resultado directo de la movilización y la organización desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca hace dos años.
La entrada de una cifra sin precedentes de mujeres en laCámara de Representantes trae además consigo diversidad.
Entre las nuevas féminas en Capitol Hill estarán las dos primeras mujeres musulmanas, Rashida Tlaib e Ilhan Omar, así como las dos indígenas, Sharice Davids y Deb Haaland.
De las elegidas forma parte también Alexandria Ocasio-Cortez, una izquierdista latina por Nueva York que a partir de enero se convertirá, a sus 29 años, en la congresista más joven.
La demócrata Debbie Mucarsel-Powell, que nació en Ecuador y se nacionalizó estadounidense, desplazó en su puesto por Florida al republicano Carlos Curbelo, que era uno de los legisladores conservadores hispanos más conocidos.
Las victorias de las mujeres no se limitaron además al Congreso. Dakota del Sur y Maine, por ejemplo, eligieron por primera vez a mujeres para gobernadoras.