La variación inicial del tipo de cambio unificado fue de aproximadamente un 10%, provocando la incertidumbre usual sobre su repercusión en los precios. Algunos empresarios ya han subido o planean subir precios, principalmente debido al impacto en costos energéticos, generando la reacción del Gobierno contra estas acciones. Otros ejecutivos optaron por no aumentar precios, considerando los ajustes realizados en marzo que se reflejaron en el índice de precios al consumidor, situado en un 3,7% para ese mes, con alimentos y bebidas alcanzando un 5,9%.
Consultoras han observado un aumento inflacionario en abril, proyectando alrededor del 4%. Destacaron incrementos en sectores como electrónica, con productos como computadoras, impresoras y monitores subiendo un 6,3%. Diversas consultoras como Equilibra estiman un 4% de inflación para abril, mientras que Eco Go prevé un 3,8%. Otras como FFMyA indican posibles escenarios de inflación mensual para los meses siguientes.
El Gobierno ha rechazado firmemente las prácticas de remarcar precios en respuesta a la reciente devaluación, expresando su desacuerdo con los aumentos injustificados de precios por parte de ciertos sectores comerciales. Esta postura fue respaldada por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien elogió las acciones de supermercados ante subidas de precios abusivas.
Algunos empresarios continúan considerando ajustes de precios ante incrementos en costos energéticos y componentes importados, mientras que consumidores manifiestan su rechazo a posibles aumentos. El consumo masivo no muestra signos de recuperación, registrando una caída del 5,4% en marzo por 16 meses consecutivos. Existe una tendencia a sustituir marcas reconocidas por productos de pymes en alimentos como fideos, mermeladas y galletitas, reflejando un cambio en los hábitos de consumo.