viernes, febrero 21, 2025
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    Juan Grabois: “Por el criptogate, crece el poder de Macri sobre Milei”

    Para el referente del Frente Patria Grande, con su "capacidad extorsiva muy fuerte", el expresidente Mauricio Macri "puede imponer sus condiciones bajo la amenaza de acompañar el juicio político" para la remoción de Javier Milei.

    En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), Juan Grabois aseguró que si el presidente Javier Milei “tuviera una pizca de dignidad, debería renunciar” por promocionar “un negocio privado desde la cuenta de alguien que lleva la investidura presidencial”. A su vez, anunció que representará a damnificados ante la justicia y que presentará la denuncia en organismos internacionales de Estados Unidos y la Unión Europea. Por otra parte, lamentó el estado de salud del Papa Francisco, con quien mantiene una estrecha relación, y demostró su enojo por “lo mal que lo hemos tratado como pueblo”.

    Juan Grabois es abogado, exprecandidato a presidente de Unión por la Patria en las elecciones de 2023, referente del Frente Patria Grande y fundador de la Unión de los Trabajadores de la Economía Popular. Además, es miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano y trabaja como docente de Teoría de Derecho en la Fcaultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

     

    Estoy muy asustado y muy angustiado, pero también muy esperanzado en que la fortaleza inmensa que tiene Francisco, espiritual, intelectual y físicamente, le permita salir adelante y recuperarse. Tengo una sensación de un poco de bronca y un poco de tristeza por lo mal que lo hemos tratado como pueblo, a un hombre que efectivamente merece mucho más que el Nobel. Un hombre que llevó la bandera argentina, la argentinidad, al punto más alto de nuestra historia y que defendió todas las causas nobles. Luchó contra la corrupción cuando era obispo, contra todos los gobiernos, luchó por los pobres durante todos los gobiernos.

    Después, como sumo Pontífice de la Iglesia Católica, como pastor universal de 10.000 millones de cristianos en todo el mundo, siguió insistiendo en la centralidad de los pobres, en la importancia de la economía real, combatiendo la especulación financiera, la codicia y la política como fin en sí mismo y no como un medio para alcanzar el bien común. Es decir, es un hombre que sostuvo de manera coherente a lo largo del tiempo los ideales de todo lo que es noble, de todo lo que es verdadero, y que nos debería haber llenado de orgullo al 99% de los argentinos.

    Pero hay una lógica, un aparato en ciertos sectores muy influyentes que, tal vez, para usar la idea de Kierkegaard, tienen la angustia del bien: lo que es bueno les hace daño y necesitan atacarlo. Entonces buscaron hacernos odiar como pueblo a Juan Carr, porque hizo algo por la gente en situación de calle. Gente que es muy raro que te quieran hacer odiar. Nos quisieron hacer odiar artistas y nos quisieron hacer odiar al Papa, que debería ser nuestro orgullo.

    Entonces, tengo esos dos sentimientos. Primero, la angustia que se siente por cualquier amigo. Después, el miedo, como cristiano, de que el Papa no pueda seguir haciendo su tarea con la misma intensidad, una intensidad increíble para un hombre de su edad, que demuestra una pasión y una vocación, casi como un mártir, de dejar girón en su vida por sus convicciones y por su tarea de ser el vicario de Cristo en la Tierra. También, siento ese sentimiento de injusticia por la ingratitud de un pueblo al que le dio tanto, por las interpretaciones esquivas de lo que algunos medios llaman gestos, y que no saben interpretar y sobreinterpretan.

    Además, el deseo profundo de que la gente de buen corazón, todos los cristianos, y todos los que tengamos fe lo podamos acompañar con nuestras oraciones. Y los que no tienen fe, pensándolo bien, dándole buena onda, porque eso llega. Sobre todo acompañar a los movimientos sociales que él tanto ayudó, y tanto valoró sus cosas buenas, lo cual no quiere decir que no tengamos cosas malas. Ahora debemos reunirnos para pensarlo a él, para darle fuerza desde acá. Seguramente, en los próximos días, va a haber una convocatoria de los movimientos populares, particularmente de la UTEP.

    Cuando alguien está en riesgo, por ahí uno empieza a pensar lo poco que se valoró. Pero yo sé que él va a salir adelante, que él está mucho mejor y que este es un momento jorobado, triste, de angustia, y que se mezcla también con todo esto. Tener, por un lado, a alguien que llevó la argentinidad a brillar en todo el mundo, y por otro lado, a un ser que ni siquiera quiero que esté en la misma oración que el Papa Francisco, pero que llevó la investidura presidencial al barro más roñoso de que se tenga memoria, es que es un sentimiento muy entrecruzado.

     

    ¿Cuándo fue la última vez que hablaste o intercambiaste un mensaje con él?

    Vos sabés Jorge que yo eso no lo cuento.

    Hace dos meses, en un reportaje a Franco Bifo Berardi, un clásico marxista ateo, él me termina diciendo al final del reportaje que el Papa Francisco lo hizo no creer en Dios, porque sigue no creyendo en Dios, pero lo hizo creer en el ser humano. Esa fue mi última comunicación con él. Yo lo que siento es que cada invierno se hace más difícil.

    Yo no soy médico, pero la vida tiene un proceso, y el Papa decía una cosa muy sabia que yo aplico mucho en mi acción, que es que es mucho más importante impulsar e iniciar procesos que ocupar espacio. Entonces, lo del Papa va a ser un proceso que lo va a superar a él como persona.

    Para mí, hoy la contradicción principal de todo el planeta, por lo menos en el hemisferio occidental, es la contradicción entre la humanidad y la deshumanización. Y el Papa es el principal humanista que tenemos sobre la Tierra. Después, los humanismos tienen su diversidad, se aplican de manera distinta en distintos países, pero hay un punto que es poner al ser humano en su dignidad plena, que son sus libertades individuales, su derecho a la participación democrática y sus derechos sociales, económicos y culturales. Es decir, en la integralidad, como esa frase tan profunda de la doctrina social de la Iglesia, que dice que todas las personas, de cualquier orientación sexual, etnia, ideología, deben ser reconocidas en su integralidad, en sus necesidades y libertades como personas, pero también en sus necesidades materiales, en sus necesidades económicas, en sus necesidades espirituales.

    Entonces, es tan maravilloso haber tenido la bendición de que sea un argentino que recorrió las calles de Buenos Aires, que estuvo tanto tiempo en Córdoba y que conoce a los campesinos de Santiago. Conoce y se nutrió de las raíces del pueblo argentino, y nunca renegó de eso. Él siempre tuvo, y tiene, una mirada universal, pero a partir de sus propias raíces, de su propia identidad. Un universalismo abstracto que niega la propia identidad no es universal, sino global. Él marca esta diferencia. Hay intereses que son globales, pero no son universales, es decir, que son intereses que homogenizan e intentan convertir en una esfera perfecta lo que es un poliedro.

    Todas esas enseñanzas profundas que tienen que ver con la humanidad, con nuestro futuro, con reconocer que, en la centralidad de nuestro pensamiento y nuestra acción, no solamente está el hombre y la mujer, sino principalmente los más frágiles, entre ellos la naturaleza, la hermana madre Tierra, tienen que ser los ideales que guíen a los humanistas de cualquier religión, de cualquier etnia, y que los marca muy bien. Quiero hacer lo posible para reafirmar y difundir eso, con mis defectos y con toda la carga que por ahí lleva mi persona. Todos los que lo queremos, lo conocimos y lo leímos tenemos que honrarlo en este momento tratando de difundir de la manera más nítida posible su pensamiento.

    Casualmente, vos mencionabas la doctrina social de la Iglesia. Es bastante conocido ese debate entre vos y Milei sobre lo que yo titulpe “la doctrina social de la Iglesia”, es decir, la visión vaticana, y la visión de la escuela austríaca”. Desde lo que pasó el viernes hasta aquí, ¿qué más te confirma o te cambia tu opinión?

    Hay un primer punto que es un cambio cualitativo. Hay una prueba categórica y pública que, por sí sola, resulta suficiente para acreditar la existencia de un delito grave y la responsabilidad penal de Javier Milei. Es incontrovertible. Él está promocionando, difundiendo, o como lo quiera llamar, un negocio privado desde la cuenta de alguien que lleva la investidura presidencial. Y ese negocio privado se basa en un producto. ¿Y sabes cuál es el producto? El producto es Milei.

    Ese concepto de memecoins es una “marca persona”, y lo está difundiendo con intereses propios o de terceros. No necesitamos prueba de que hay intereses de terceros. Aprovecharon el crecimiento de la moneda de la nada absoluta a números muy altos a partir del posteo de Javier Milei, y retiraron a tiempo sus posiciones con ganancias extraordinarias. Entonces, esa prueba es categórica e inequívoca.

    El segundo hecho grave, del que no hay prueba categórica e inequívoca y hay indicios, es el tráfico de influencias. Esa es la gente que cobró para verlo a Milei, algo de lo que estoy bastante convencido. Tengo bastantes elementos probatorios que vamos a llevar a la justicia, porque hay mucha gente de distintos campos ideológicos que, por alguna razón, me tiene mucha confianza y me elige como abogado, aunque yo trabajo con un equipo. Tengo pruebas de que existieron pagos muy importantes para entrar en el círculo de diálogo con el presidente de la República Argentina. Ese segundo hecho deberá ser probado.

    El primero es un hecho categórico e inequívoco porque el solo posteo es la prueba. No necesitas más pruebas que eso. Eso deriva en una conclusión que no hubiese dicho de ninguna manera hace una semana, que es que Javier Milei no puede seguir siendo el presidente de los argentinos. Es una posición política, ética y filosófica. Los mecanismos constitucionales existen pero, además, el testimonio sobre la incompatibilidad de cometer un delito en flagrancia se puede realizar por una sola razón, y es que Milei es presidente. Si no, el delito no hubiera tenido eficacia. Y por eso, Milei no puede ser más presidente.

    Es una posición política con independencia de qué mecanismos se instrumenten, porque desde mi punto de vista, el principal beneficiario de esto, hoy, en estas circunstancias, es el señor Mauricio Macri, que ha adquirido una capacidad extorsiva muy fuerte, en la que puede imponer sus condiciones bajo la amenaza de acompañar el juicio político a la remoción del señor que, de manera traicionera con quienes lo votaron, ostenta el principal cargo institucional de la Argentina. Por el criptogate crece el poder de Macri sobre Milei.

    Claudio Mardones: Hace poco supimos de esta demanda penal que presentaste junto con el diputado Itai Hagman. Hay ya más de 122 denuncias presentadas en la justicia federal. En tu caso, en la demanda hacen un extenso repaso de medidas de prueba. ¿Cuáles son esos principales pedidos de prueba y por qué?

    Te voy a contar algo más interesante. Nosotros logramos algo que tiene un peculiar impacto en la causa, que es presentarnos como querellantes en representación de damnificados. Hay una cantidad de damnificados que se contactaron con nosotros, algunos que están dispuestos a firmar la querella, otros que están dispuestos a dar testimonio, pero firman la querella y otros que están dispuestos a explicar su situación. La importancia de la querella es que nos permite acceder al expediente y avanzar con medidas de prueba con más fuerza que un denunciante.

    CM: ¿Cuántos damnificados están representando en este momento?

    Jurídicamente va variando el número, porque algunos se suben y otros se bajan por miedo, pero los suficientes para sostener la querella. Los contactos fueron más de 20 argentinos, un ciudadano norteamericano de origen argentino y un ciudadano español de origen argentino. Eso nos permite también iniciar acciones en las instituciones especializadas en este tema, como la Securities Exchange Commission, que todavía no hicimos la presentación, pero sí la hicimos en la Federal Trade Commission, que tiene un área especial de denuncias de cripto estafas y en el área de ciberdelitos del FBI, que ya están presentadas. Ahora estamos trabajando en una denuncia en el homólogo de la SEC de la Unión Europea. Ah, también en la Unión Europea.

     

    Elizabeth Peger: Lo que estás planteando va en contra justamente de lo que dijo el propio Milei, que habló de solamente cinco damnificados argentinos por la compra de $Libra.

    A esta altura del partido Milei es un mitómano, es una persona que además tiene capacidad de control, con periodistas afines, sino que tiene la capacidad de guiar la entrevista y direccionar las preguntas. Por lo tanto, para mí su palabra no tiene ningún valor, salvo cuando, por su naturaleza, no tiene barreras inhibitorias. Eso me resultaba simpático antes de que fuera Presidente, y por eso el debate que tuvimos en Perfil fue muy bueno, pero ahora no me resulta más simpático porque es el presidente de la República Argentina.

    Él insiste en su modelo, donde se trata de un negocio entre privados, porque no hay capital público. El problema es que no entiende que el capital público es él, porque la investidura presidencial tiene un valor muy grande, simbólico y económico. Lo que hizo tiene consecuencias económicas, pero también tiene consecuencias en la historia del país y en el prestigio del país. Eso tiene un valor polivalente.

    Diría que para mí es más grave que los damnificados hayan sido de otros lugares del mundo porque destruye el prestigio. Las personas que se contactaron con nosotros van desde los que invirtieron 8.000 dólares hasta los que invirtieron 80, y algunos son más pobres que el hambre. Hay gente que trabaja en la economía de plataforma y gente de barrios populares. Es muy sencillo hacerlo, hay que tocar 10 botones, no más que eso.

    Él dice que difundió la dirección de un casino, y que la gente que entra ahí sabe que asume un riesgo. Desde luego que si él tiene eso claro, también debe tener claro que, en la entrevista que hicimos en Perfil, definió la economía liberal o el mercado como un sistema de señales. Teniendo esa concepción, un presidente dio una señal de esas características, no puede tener otra consecuencia que inflar un activo financiero. Entonces, no se requiere absolutamente ninguna prueba para que se configure el delito esencial que hay acá. Esa calidad de culpable hace que ya hoy no pueda seguir sosteniendo la investidura presidencial. Es un hecho en flagrancia. Esta es una posición política, en el marco del respeto a los mecanismos constitucionales: la remoción del presidente, que es el juicio político o la renuncia. Si tuviera una pizca de dignidad, debería renunciar.

     

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