La Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra Benjamin Netanyahu y Yoav Gallant por crímenes de guerra en Gaza

La Corte Penal Internacional (CPI) emitió el jueves órdenes de detención contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y su ex ministro de Defensa Yoav Gallant, por su presunta responsabilidad en crímenes de guerra y lesa humanidad en la Franja de Gaza desde al menos el 8 de octubre del año pasado. También se aprobó una orden de arresto para Mohammed Deif, alto cargo de Hamas considerado líder de su ala militar, aunque su fallecimiento en un ataque israelí el pasado junio no ha sido confirmado por el grupo islamista.

Estas decisiones convierten a Netanyahu y los demás en buscados a nivel internacional, lo que puede agravar su aislamiento y dificultar las negociaciones para poner fin al conflicto de 13 meses en Gaza. Sin embargo, al no ser Israel ni Estados Unidos miembros de la corte, las implicaciones prácticas podrían ser limitadas. Netanyahu y otros líderes israelíes han rechazado las órdenes de arresto como vergonzosas y antisemitas, mientras que el presidente estadounidense Joe Biden ha expresado su apoyo a Israel en su defensa contra Hamas. Por su parte, Hamas también ha criticado la solicitud de órdenes de captura.

El panel de tres jueces que emitió las órdenes de arresto señaló que existen motivos razonables para creer que ambos individuos privaron intencionalmente y de manera consciente a la población civil de Gaza de bienes esenciales para su supervivencia. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel ha desafiado la jurisdicción de la CPI y argumentado que no se le dio a Israel la oportunidad de investigar las acusaciones antes de solicitar las órdenes de arresto.

La CPI solo interviene cuando las autoridades nacionales no pueden o no quieren investigar, y aunque Israel no es miembro del tribunal, ha tenido dificultades para investigarse a sí mismo en el pasado, según denuncian grupos de derechos humanos.

A pesar de las órdenes de arresto, es poco probable que los sospechosos comparezcan pronto ante la corte en La Haya, ya que el tribunal no tiene policía para ejecutar las órdenes, dependiendo de la cooperación de sus estados miembros.