A simple vista, las nuevas sanciones impuestas el 21 de noviembre por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos a más de cuarenta bancos rusos, incluido Gazprombank, el brazo financiero de la gigante firma estatal de gas, parecían ser similares a las anteriores. Gazprombank, el banco más grande de Rusia que aún no estaba bajo restricciones estadounidenses, había sido excluido de medidas anteriores para permitir que algunos países de Europa central y oriental, como Austria, Hungría y Eslovaquia, pudieran seguir pagando por el gas ruso. Sin embargo, a partir del 20 de diciembre, cuando las medidas entren en pleno efecto, los compradores europeos de gas ruso tendrán que buscar soluciones alternativas que incluyan la participación de terceros bancos o el uso de monedas diferentes al dólar.
El anuncio de Estados Unidos llegó en un momento inoportuno para la economía rusa, lo que provocó una rápida reacción en los mercados de divisas. La posible imposición de nuevas restricciones al acceso a divisas fuertes provocó una caída del 10% del rublo frente al dólar, alcanzando un mínimo de 115 el 27 de noviembre. Posteriormente, el banco central intervino comprando rublos con sus reservas, lo que generó una leve recuperación. A pesar de este repunte, el rublo ha perdido un 8% frente al dólar en el último mes y más del 15% desde el inicio del año, situándose en su nivel más bajo desde la invasión de Ucrania en febrero de 2022. A pesar de esta situación, el gobierno ruso adopta una postura desafiante ante las noticias. Durante una conferencia en Kazajistán el 28 de noviembre, Vladimir Putin declaró a los periodistas que "no hay razones para el pánico".
Para los operadores de divisas, este tipo de negaciones suelen ser señales de alerta. La reciente depreciación del rublo complica la labor del banco central de Rusia. El aumento del gasto en tiempos de guerra ha reducido la capacidad excedente de la economía, disminuyendo la tasa de desempleo al 2,4%. A su vez, el último presupuesto presentado por el gobierno en septiembre prevé un incremento del 25% en el gasto en defensa y seguridad para el próximo año, alcanzando aproximadamente un 8% del PIB de Rusia, el nivel más alto desde la Guerra Fría. La inflación anual se sitúa por encima del 8%.
En este escenario, la depreciación del rublo representa un arma de doble filo. Si bien un valor más bajo frente al dólar beneficia el valor en rublos de las exportaciones de petróleo, ayudando a compensar el creciente déficit gubernamental, también aumenta el precio de los bienes importados, algo relevante tanto para los consumidores como para los esfuerzos bélicos del gobierno. Los expertos señalan que las importaciones rusas de bienes de consumo tienden a incrementarse de cara a la temporada navideña. Según Dmitriy Pianov, subdirector del segundo banco más grande de Rusia, VTB, la reciente caída del rublo representa "un fuerte factor inflacionario". Asimismo, China se ha convertido en el principal socio comercial de Rusia en los últimos años, proporcionando más de un tercio de todas las importaciones, incluidos insumos de alta tecnología fundamentales para las fuerzas armadas. En el último mes, el rublo ha perdido un 7% frente al yuan chino, lo que aumentará el costo del equipamiento militar.
Ante un escenario de alta inflación y temores sobre la estabilidad de la moneda, el banco central de Rusia ha elevado las tasas de interés al 21% a lo largo de este año. Los operadores ahora prevén que las tasas finalicen el año en un 25%, por encima de las expectativas del 23% previas a la reciente devaluación del rublo. Hasta el momento, el gobierno ruso ha protegido a consumidores y empresas de los efectos de tasas más altas mediante diversos programas de préstamos subsidiados, pero debido a las presiones fiscales, recientemente ha reducido este apoyo. Los volúmenes de hipotecas han comenzado a declinar y las empresas han advertido sobre posibles retrasos en las inversiones incluso antes de la última ronda de sanciones. Durante una intervención el 19 de noviembre, Elvira Nabiullina, gobernadora del banco central, reconoció que la política monetaria había alcanzado un "punto de inflexión" y que el crecimiento de los préstamos corporativos comenzaría a desacelerarse, limitando la demanda.
La combinación de una moneda en depreciación y un déficit presupuestario en ascenso ha generado especulaciones sobre un aterrizaje forzoso para la economía rusa en 2025. Tras dos años de sólido crecimiento que desafiaron las predicciones pesimistas de muchos analistas, se prevé una brusca desaceleración en el ritmo de expansión. La factura económica de la guerra finalmente está llegando y podría ser significativa.
La línea de pobreza para una familia tipo de cuatro integrantes superó el millón de…
La impresión del comprobante en cajeros automáticos puede exponer información sensible. Expertos advierten sobre los…
El piloto argentino, que viene de despedirse de Williams y todavía no obtuvo una butaca…
Central Córdoba de Santiago del Estero le ganó 1-0 a Vélez Sarsfield, en el estadio…
En un intento por garantizar la provisión de alimentos y contener la suba de precios,…
Los concejales de Juntos por Entre Ríos Silvina Ovelar y Felipe Sastre presentaron un proyecto…