En los últimos años, creció la tendencia de una nueva rutina y programa de alimentación para nuestros perros y gatos. Por sus siglas en inglés Biologically Appropriate Raw Food (Alimentación Cruda Biológicamente Apropiada), la alimentación BARF se basa en brindarle alimentos crudos, con una proporción del 60 y 80% en huesos, carne, vísceras, huevos, leche y entre un 20 y 40% de frutas, legumbres y vegetales, a las mascotas de compañía.
Se fundamenta en alimentarlos con comida cruda siguiendo su nutrición original como animales carnívoros. Tratando de imitar, en la medida de lo posible, lo que comerían si vivieran en la naturaleza. Esta tendencia promete beneficios para su salud, sugiriendo mejoras en la digestión gracias a un microbioma intestinal alterado.
Sin embargo, es un plan alimenticio que genera mucho debate. Sus defensores destacan la buena salud de la dentadura, el brillo del pelo, la mejora de las enfermedades crónicas como la artrosis y los problemas de crecimiento, el fortalecimiento de los tendones y ligamentos, y sistemas inmunes protegidos al no contener ningún tipo de ingredientes añadido o conservante.
Se estima que las ventas de comida cruda para mascotas han aumentado al menos un 15% anualmente en los últimos años y que aproximadamente el 10% de los gatos y el 15-25% de los perros se alimentan actualmente con carne cruda. A pesar de que la mayoría de las organizaciones veterinarias y de salud pública desaconsejan estas dietas, siguen siendo populares.
Distintos estudios científicos han advertido que no sería tan buena como se plantea. Su investigación aún se encuentra en sus primeras etapas, y los verdaderos beneficios no están respaldados por una base científica sólida. La inquietud no se centra solamente en su eficacia nutricional, sino también en los riesgos para la salud de las mascotas y humanos.
Debate sobre la dieta BARF: sus beneficios
La dieta BARF es cada vez más popular alrededor del mundo. Se estima que aproximadamente el 10% de los gatos y el 15-25% de los perros se alimentan actualmente con carne cruda. Sus defensores, aquellos tutores se inclinaron por una alimentación natural, notaron rápidamente múltiples cambios positivos en la salud de sus mascotas. Estos beneficios incluyen:
- Digestión y absorción: al presentarse crudos o semicocidos, los alimentos tendrán enzimas, vitaminas y minerales, que favorecerán la absorción de nutrientes y el aprovechamiento de estos.
- Salud dental: al masticar y morder fibras y huesos, se estaría eliminando la placa y el sarro de los dientes, y se evitará problemas como caries u otras enfermedades que pueden llevar a que el animal pierda piezas dentales.
- Piel, pelo y huesos: la dieta BARF tiene altas cantidades de minerales como el zinc o el calcio, vitaminas como la biotina y ácidos grasos esenciales, lo que hace que las mascotas estén saludables. Mejorando, además, la calidad del pelo.
- Ayudará a prevenir enfermedades y en la reducción de alergias. Muchos animales con intolerancia alimenticias encuentran alivio con este programa.
- Energía y vitalidad: las mascotas se mantienen más activas, vitales y duermen menos.
- Mejora en las heces: menos olor y más compactas.
¿Por qué algunos expertos no la recomiendan?
La ciencia aún se encuentra estudiando los efectos de esta alimentación en los animales de compañía y diversas investigaciones advirtieron sobre el impacto que puede tener tanto en perros como en gatos, además de los humanos.
En una primera instancia, el Centro Colaborador Nacional para la Salud Ambiental de Vancouver advirtió que este régimen alimenticio podría generar resistencia a los antibióticos. Algunas carnes crudas no están sujetas a inspecciones o pruebas microbiológicas específicas, lo que deja la puerta abierta a un alto riesgo de contaminación bacteriana y distintos patógenos que afectan a la salud pública y de nuestras mascotas.
Estudios demuestran que las mascotas alimentadas con carne cruda exhiben tasas más altas de bacterias patógenas, como Salmonella y E. coli, no solo en los alimentos mismos sino también en sus heces. Esto lo convierte en un potencial medio de transmisión de bacterias resistentes a antimicrobianos entre mascotas y humanos.
En este sentido, una investigación del Centro de Medicina Veterinaria (CVM) de Estados Unidos, llevado a cabo entre 2010 y 2012, investigó más de 1.000 alimentos para mascotas en busca de patógenos peligrosos. Los resultados demostraron que los alimentos crudos son más susceptibles a estar contaminados con bacterias, a comparación con otros: de 196 muestras de comida cruda, 15 resultaron positivas para Salmonella y 32 para Listeria monocytogenes.
Otro aspecto importante a tener en cuenta, es la existencia de riesgos nutricionales específicos vinculados a estas dietas. Ya que una mala planificación puede llevar a desnutrición por falta de alimentos esenciales o a sobrepeso u obesidad por exceso de otros. Como el contenido excesivo de grasa y/o proteína, desequilibrios de calcio y fósforo y deficiencias en minerales y vitaminas específicas, como potasio, zinc, magnesio y vitamina D.
Algunos especialistas no la recomiendan por estos otros motivos:
- Fracturas u obstrucciones: al contener huesos crudos o semicocinados, las mascotas pueden sufrir fracturas de dientes u obstrucciones intestinales, lo que puede llevar a una cirugía de emergencia.
- Carnicerías: es importante comprar las carnes en lugares de confianza para que estén libres no solo de bacterias o parásitos, sino para garantizar que están libres de antibióticos, antiinflamatorios u otros medicamentos.
- Alergias e intoxicaciones: dentro de la dieta BARF se incluyen alimentos como huevos o frutos secos, los cuales pueden generar alergias en las mascotas o riesgos de intoxicación.
Es necesario subrayar la importancia de informarse y consultar con tu veterinario de cabecera. Cada mascota es única, por lo que hacer una evaluación periódica es fundamental para corroborar las necesidades alimenticias que varían según la edad, la raza, el estado físico y su salud,
Por último, la Asociación Americana de Medicina Veterinaria destacó la influencia clave de la pasteurización o cocción de los alimentos. Advirtió que debe realizar hasta alcanzar una temperatura interna mínima segura, además de otras tecnologías científicamente validadas para reducir la presencia de patógenos.








