Según el relevamiento realizado por la Unión Industrial de Entre Ríos (Uier), cada vez más industrias comienzan a brindar alternativas de inserción laboral a través de Prácticas Profesionalizantes, que son realizadas por alumnos de los últimos años de las escuelas secundarias o de las universidades. El objetivo principal es que los estudiantes pongan en práctica sus conocimientos en situaciones y contextos reales, con posibilidades concretas de tener continuidad en las empresas.
Las industrias se constituyen en uno de los sectores con mayor creación de trabajo privado, a pesar de las complejidades del mercado laboral en la Argentina y la provincia. En ese marco, las empresas de las distintas cadenas productivas se enfrentan ante el desafío de vincularse con el mundo de la educación, motivo por el cual ofrecen oportunidades para aquellos jóvenes en proceso de formación que buscan un empleo para vivir y desarrollarse en comunidad.
Para estas instancias de formación laboral, en general se buscan situaciones desafiantes donde los estudiantes integren conocimientos, habilidades y saberes. En ese sentido, las empresas que se animaron a participar de estos proyectos destacan el aporte que realizan los jóvenes con su frescura de pensamiento y de nuevas ideas, además de que han observado un alto grado de compromiso y ganas de asumir los desafíos del mundo adulto.
Por cierto, según señalaron durante la encuesta realizada por UIER, el primer acercamiento entre el mundo del trabajo y de la educación se da de distintas maneras: visitas guiadas de las escuelas en las industrias; feria de carreras; talleres vocacionales para orientar a los jóvenes en su primera búsqueda laboral; acercamiento de empresas a escuelas técnicas para proponer proyectos de trabajo conjunto; o cuerpos directivos de instituciones educativas que son propositivos.
Beneficios para los estudiantes
De acuerdo a las experiencias brindadas por las industrias de la provincia, los beneficios para los estudiantes son múltiples. Los alumnos que pasan por un proceso de selección, no sólo adquieren habilidades relacionadas con aspectos técnicos, sino que también conocen todo lo relacionado a las normas de convivencia en el ámbito laboral.
Para ello, los estudiantes cuentan con el acompañamiento tanto del profesor encargado de las prácticas como de un tutor dentro de las empresas que los acompaña -que suele ser un operario-. Al respecto, resulta clave el rol de la persona designada por las habilidades para la enseñanza y las tareas que le asignará, acordes con su preparación.
Cabe señalar que las prácticas son en general de 15 a 20 horas semanales y se reparten en dos o tres veces por semana. En algunas ocasiones los alumnos reciben una asignación estímulo. Se trata de un incentivo económico que se pacta en el convenio marco que la institución educativa firma con la empresa.
Tras este proceso de formación práctico, muchos egresados luego continúan el vínculo con los establecimientos productivos. En términos generales, finalizan sus estudios secundarios, luego continúan sus estudios terciarios o universitarios y trabajan en la empresa a contraturno.
Beneficios para las empresas
Cabe destacar que algunas de las áreas técnicas con las que suelen tener experiencias las empresas son: Administración, Agrotécnica, Electromec&aacut






