Ayer, en la Corte Suprema se vivió una intensa jornada llena de debates y decisiones. Los cuatro jueces del tribunal, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti y el recién incorporado Manuel García Mansilla, se reunieron para analizar un caso del año 1975 que podría ser relevante para determinar si Ariel Lijo, otro juez designado por decreto, debía ser convocado para su juramento en el elegante salón bermejo del Palacio de Tribunales.
En la reunión previa, celebrada el día anterior, se acordó la convocatoria de García Mansilla para su juramento, pero se postergó la jura de Lijo, un trámite protocolar que pone a los nuevos jueces en funciones. Durante esa reunión se presentó un antecedente que llevó a postergar el tema hasta el día siguiente.
Es importante destacar que en la Corte no se cuestionó la designación de Lijo y García Mansilla mediante el decreto presidencial 137/2025. Garcia Mansilla fue juramentado la misma semana en que se publicó su nombramiento en comisión en el Boletín Oficial, sin dar lugar a objeciones sobre esta decisión tomada por el presidente Javier Milei tras el fracaso en el Senado de estas dos nominaciones.
En la actualidad, persiste la incertidumbre sobre cómo se resolverá este conflicto, ya sea en el próximo plenario de la Corte el 6 de marzo, a través de la intervención de un conjuez, o si el Senado logrará reunir votos suficientes para tratar los pliegos de Lijo y Garcia Mansilla. Se especula incluso con que esta discusión sobre la licencia podría quedar sin resolverse.
Por otra parte, se confirma que Lijo no asistirá a la inauguración de las sesiones legislativas de hoy, tal como se había especulado. Durante el plenario del jueves, los jueces trataron este tema y otros casos, discutiendo la situación particular de Lijo, quien continúa en su cargo de juez y ha pedido licencia, temiendo perder su posición frente al Juzgado Federal 4 si su designación no es aprobada por el Senado.
La designación por decreto no ha sido objetada por la Corte, respaldándose en la Constitución Nacional. Respecto a la licencia de Lijo, Lorenzetti considera que debe ser aceptada en base a la cesión de facultades de superintendencia a la Cámara Federal por parte de la Corte.
El caso analizado en el plenario del jueves se remonta a una sentencia de la Corte de octubre de 1975, relacionada con un planteo de un juez que solicitaba ser considerado trasladado y no renunciante. Finalmente, se estableció que la designación en comisión no equivale a un traslado.
En medio de estas tensiones institucionales, la Corte seguirá siendo centro de debate hasta que el Senado trate los pliegos de los nuevos jueces. Próximamente, la Corte se enfrentará a la causa Vialidad, que implica a la ex presidenta Cristina Kirchner y otros acusados, generando un gran impacto político e institucional.