Más de 100 mujeres científicas de 22 países, partieron desde Ushuaia rumbo a la Antártida en una expedición que busca fomentar el liderazgo femenino en la ciencia y concientizar sobre el cambio climático, en el marco del Programa Internacional Homeward Bound.
El Programa Internacional Homeward Bound tiene como objetivo, desde 2015, formar un equipo de 10.000 mujeres científicas con una proyección de 10 años que incidan en «políticas y decisiones que definen el futuro de nuestro planeta». Busca además potenciar y dar visibilidad al rol de las mujeres en la ciencia, promoviendo su liderazgo en este ámbito y fomentando iniciativas para enfrentar los desafíos globales que presenta el cambio climático.
La expedición definida como una “una aventura científica hacia el continente blanco” consiste en un ambicioso proyecto que busca empoderar y promover el rol de las mujeres en la ciencia y la investigación y se trata de un hecho significativo en la historia de la ciencia argentina y mundial.
Las participantes provienen de diversas disciplinas científicas y tienen como objetivo realizar investigaciones que contribuyan al entendimiento de los ecosistemas antárticos y a la lucha contra el cambio climático.
La iniciativa busca crear una plataforma de colaboración entre mujeres científicas de diferentes nacionalidades del mundo para abordar los desafíos globales que actualmente genera el cambio climático.
La visibilidad de este tipo de proyectos es crucial para derribar estereotipos y abrir puertas a más mujeres en la ciencia.
Esta misión, trae a la memoria el histórico viaje pionero que cuatro científicas argentinas realizaron en 1968 a Antártida. A bordo del buque ARA Bahía Aguirre, partieron desde Buenos Aires con rumbo al continente blanco.
La expedición realizada entre el 7 de noviembre de 1968 y el 2 de febrero de 1969, estuvo integrada por Irene Bernasconi, María Adela Caría, Elena Martínez Fontes y Carmen Pujals, conocidas como “Las Cuatro de Melchior”.
Durante los dos meses y medio que permanecieron en la Base Melchior, lograron establecer cinco laboratorios móviles para estudiar la fauna y flora antártica. Navegando en un bote más de 1000 kilómetros de costas en el Territorio Antártico Argentino y fueguino, recolectaron y analizaron más de 2000 equinodermos. Su trabajo permitió, además, el hallazgo de una familia de estos animales que nunca antes había sido registrada en esa inhóspita región del planeta.