Durante el verano, es frecuente que niños, niñas y adolescentes participen de actividades recreativas al aire libre, viajes, paseos y juegos en el agua. Por lo tanto, desde el área Infancia dependiente de la Dirección de Salud Materno Infanto Juvenil, recordaron que es importante observar los posibles riesgos asociados a estas actividades para tomar los recaudos necesarios y prevenir lesiones.
Cuando hay altas temperaturas y mucha humedad puede tornarse un gran riesgo para la salud (especialmente para los niños) Así, entre las recomendaciones generales para la época y para prevención del golpe de calor encontramos: Permanecer en lugares frescos y bien ventilados; usar ropa de algodón; ofrecer líquidos constantemente sin esperar que los chicos lo pidan (agua segura o jugos naturales; NO bebidas azucaradas y con cafeína como bebidas cola) y, en el caso de lactantes, ofrecer el pecho de manera más frecuente.
Los síntomas del agotamiento por calor (paso previo al golpe de calor) son: cansancio o debilidad; sudoración excesiva; sensación de calor sofocante y sed; fiebre; calambres musculares; inapetencia, náuseas o vómitos; dolores de cabeza; irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños); mareos o desmayos. Si el niño presenta estos síntomas se lo debe trasladar a un lugar fresco y ventilado; ofrecerle agua fría (con media cucharita de sal por litro), ducharlo con agua fresca, no administrar antifebriles y consultar a un profesional de la salud.
En relación a la exposición solar se debe evitar el horario de 10 a 16 horas, como también los juegos intensos que hagan transpirar en exceso; usar sombreros o gorras con visera, mojar la cabeza y partes del cuerpo de manera frecuente y usar siempre protector solar (factor 15 o mayor) en zonas expuestas, aún en días nublados. Asimismo, recordar renovar la aplicación cada 2 horas, o bien después de meterse al agua o de haber transpirado. También hay que tener presente que los menores de 1 año no deben exponerse al sol en forma directa y que a partir de los 6 meses se pueden usar protectores solares para situaciones en las que estén expuestos ocasionalmente. En caso de que se produzca quemadura solar se recomienda utilizar compresas frías, administrar líquidos y consultar al sistema de salud.
En verano aumenta la frecuencia de cuadros diarreicos que se manifiestan por deposiciones blandas y frecuentes, dolor abdominal, vómitos y fiebre. Por su parte el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una enfermedad causada por una bacteria, que afecta principalmente a los niños menores de 5 años y se manifiesta con diarrea con sangre, disminución de la cantidad de orina, palidez, irritabilidad y posibles convulsiones; puede ser grave y dañar los riñones.
Las enfermedades diarreicas, se transmiten generalmente por consumo de agua o alimentos contaminados (falta de higiene en las manos al manipular alimentos, verduras crudas, carnes sin cocción completa, productos lácteos sin pasteurizar, consumo de agua no segura o ingesta de agua de la pileta o río). Por esto son importantes las medidas de prevención: consumir sólo agua segura; lavado de manos para preparar alimentos, asegurarse que los alimentos mantengan la cadena de frío; lavar las frutas y verduras con agua segura y consumir la carne bien cocida. Si no se posee servicio de agua potable se deben colocar dos gotas de lavandina por cada litro de agua y dejar reposar 30 minutos; o bien hervir el agua durante tres minutos y esperar a que se enfríe para consumirla.






