martes, marzo 18, 2025
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    Mejora en proyección de cosecha de soja por lluvias en zona núcleo

    Las lluvias elevaron la estimación de cosecha de soja en 1,7 millones de toneladas en la zona núcleo, mejorando drasticamente el estado de los cultivos.

    Las recientes lluvias han tenido un impacto significativo en la producción agrícola, especialmente en la región núcleo de Argentina. A pesar de las devastadoras consecuencias que las precipitaciones han tenido en diferentes áreas del país, como inundaciones en Bahía Blanca y aislamiento de familias en el noroeste argentino, el sector agropecuario ha experimentado mejoras sorprendentes en la proyección de cosecha de soja.

    De acuerdo con un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, se estima que la producción de soja en la región núcleo será 1,7 millones de toneladas mayor a la prevista antes de las lluvias. Este aumento se refleja en la mejora significativa en las condiciones de los cultivos, con un aumento en el porcentaje de lotes calificados como "excelente", "muy bueno" o "bueno".

    Para la soja de primera, el porcentaje de lotes en condiciones favorables ha pasado del 65% en febrero al 90% en marzo. En el caso de la soja de segunda, las evaluaciones positivas han sido aún más marcadas, aumentando del 19% al 73 por ciento. Estos cambios evidencian el impacto positivo de las lluvias en la recuperación del cultivo, destacando la importancia de la producción agrícola en la economía nacional.

    A pesar de que la sequía y el intenso calor en enero dejaron pérdidas irreversibles en los cultivos, la recuperación tras las lluvias permitió contar con reservas de agua para el llenado de granos de soja de primera y para el período crítico de la de segunda. En consecuencia, se estima un rendimiento de 36 quintales por hectárea, lo que se traduce en una producción total de 18,2 millones de toneladas en la región.

    Si bien las lluvias han sido beneficiosas para la producción, los especialistas advierten sobre posibles riesgos, como el exceso de precipitaciones que podría afectar la calidad de la soja de primera, o una helada temprana que podría impactar negativamente en la de segunda. La incertidumbre climática continúa siendo un factor determinante para el desenlace final de la campaña, y los productores siguen atentos a las condiciones meteorológicas en las semanas venideras.

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