El Obispo de Concordia, Monseñor Gustavo Gabriel Zurbriggen, se unió al coro de llamados de varios religiosos al expresar su deseo de construir sociedades civiles armónicas y pacíficas en su reciente homilía en el tedeum del 25 de mayo. En un contexto donde la división y la agresión parecen prevalecer, el obispo enfatizó la importancia de trabajar incansablemente por el bien común y de respetar y promover la dignidad de cada individuo.
En presencia de autoridades civiles, militares, policiales y representantes de otros credos e instituciones educativas, Zurbriggen compartió un mensaje de amor al prójimo y solidaridad, recordando que el mandamiento principal es el amor al prójimo y la importancia de ser una nación fraterna. También mencionó la necesidad urgente de superar las dificultades sociales que impiden avanzar como sociedad.
Haciendo referencia a las palabras del Papa León XIV, el obispo resaltó la responsabilidad de los gobernantes en la construcción de sociedades armoniosas y pacíficas, haciendo especial hincapié en la importancia de proteger la dignidad de todas las personas, desde los más vulnerables hasta los más fuertes.
Zurbriggen instó a la comunidad a trabajar juntos para invertir en la familia, considerándola como la primera comunidad donde se aprenden valores fundamentales de respeto, trabajo, solidaridad y estudio. Abogó por brindar las condiciones necesarias para que cada familia pueda vivir con dignidad y sobriedad, y expresó su deseo de erradicar la pobreza y la exclusión.
En un llamado a la acción y la reflexión, el obispo concluyó su discurso invitando a todos a pedir a Dios que ilumine el camino para construir una sociedad más humana, fraterna y respetuosa. Sus palabras resuenan en un contexto de desafíos sociales y políticos, recordándonos la importancia de unir esfuerzos para crear un entorno de paz, respeto y dignidad para todos los ciudadanos.