Descubrí rincones de la costa bonaerense perfectos para el turismo de descanso: playas vírgenes, paisajes únicos y tranquilidad asegurada.
Vacacionar en la costa atlántica argentina es un plan clásico del turismo nacional, pero la tranquilidad puede ser difícil de encontrar en playas abarrotadas. Para quienes buscan desconexión total, existen rincones poco explorados donde la naturaleza y el silencio son los verdaderos protagonistas.
Desde extensos médanos hasta costas vírgenes, estas playas ofrecen experiencias únicas lejos del bullicio urbano, ideales para una escapada rejuvenecedora.
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Cuáles son las playas más tranquilas para hacer una escapada en Buenos Aires
Arenas Verdes
A tan solo 528 kilómetros de la ciudad, Arenas Verdes destaca por su paisaje rodeado de médanos y bosques, ideal para quienes buscan tranquilidad. Este pequeño pueblo, con solo 20 habitantes, es un refugio de paz. Las actividades favoritas de los visitantes incluyen surf, ciclismo y caminatas por la costa.
La gastronomía local es otro atractivo, con el restaurante “La Ronda de Guillermina” como protagonista. Este lugar es conocido por sus empanadas y cordero, ofreciendo una experiencia culinaria auténtica en un ambiente relajado y hogareño.
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Balneario San Cayetano
A unos 600 kilómetros de Buenos Aires, San Cayetano es el destino ideal para quienes desean disfrutar de 28 kilómetros de costas vírgenes. Este balneario combina médanos, bosques y un mar tranquilo, ofreciendo un entorno perfecto para relajarse o practicar pesca deportiva y deportes náuticos.
Los turistas también destacan la calidez de los lugareños y el ambiente familiar que caracteriza al lugar. Las caminatas al atardecer y los encuentros con la fauna local convierten a San Cayetano en un paraíso escondido para los amantes de la naturaleza.
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Marisol
Marisol, famosa por su conexión con figuras emblemáticas como Diego Maradona, es un destino que combina historia y naturaleza. Con 50 kilómetros de costa agreste, este balneario invita a los visitantes a disfrutar de un contacto puro con el entorno natural.
La mezcla de médanos y playas amplias convierte a Marisol en un lugar ideal para la desconexión total. Aquí, el tiempo parece detenerse, y las actividades como la pesca o el simple descanso en la arena hacen de este destino un verdadero escape del ajetreo cotidiano.
