Ante una nueva ola de bombardeos nocturnos en Ucrania, el presidente Volodímir Zelenski hizo un llamado urgente el domingo para aumentar la presión internacional sobre Rusia y detener los ataques. Zelenski afirmó que "sin una presión realmente fuerte sobre los dirigentes rusos, esta brutalidad no puede detenerse". El ataque aéreo ruso, el mayor desde el inicio de la guerra en Ucrania, dejó al menos 12 muertos y decenas de heridos en todo el país.
El presidente ucraniano instó a Estados Unidos, países europeos y a todos los que buscan la paz a mostrar "determinación" para que Vladimir Putin ponga fin al conflicto. Entre las víctimas fatales se encontraban tres niños de una misma familia en la región de Zhitómir, al oeste de Kiev. El ataque ruso contó con 367 drones y misiles, el mayor desde el inicio del conflicto, según portavoces de la Fuerza Aérea de Ucrania.
Zelenski detalló que los objetivos del ataque incluyeron varias regiones clave y que coincidió con un intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania. A pesar de este gesto de cooperación, la guerra continúa sin tregua ni señales claras de paz. Este intercambio de prisioneros fue el mayor desde que comenzó la guerra en Ucrania hace más de tres años. Rusia confirmó la devolución de 270 militares y 120 civiles, mientras que Ucrania recuperó la misma cantidad de detenidos.
A pesar de los acuerdos alcanzados en el intercambio, sigue habiendo miles de prisioneros en ambos países y la incertidumbre sobre su estado. La Convención de Ginebra establece normas para el trato a los detenidos, pero ambos países se acusan mutuamente de incumplirlas. Trump también generó inquietud al suavizar su discurso sobre Rusia, afectando a las potencias europeas.