
Expertos de la Sociedad Argentina de Hipertensión explicaron a Infobae que, en la mayoría de los casos, no suelen presentarse señales hasta que la condición avanza. Es fundamental medirse la presión arterial al menos una vez al año, incluso si no hay síntomas evidentes. La presión arterial se compone de una cifra sistólica (cuando el corazón late) y una diastólica (entre latidos).
Se considera presión arterial normal cuando es menor a 130/80 mmHg. Por encima de este nivel, se diagnostica hipertensión. En caso de tener 130/80 mmHg, se considera "presión límite". Para mantener un buen control de la presión arterial, es necesario seguir un protocolo específico con tensiómetros digitales y realizar ajustes a tiempo si los valores están alterados.
La presión arterial alta es conocida como el "asesino silencioso", ya que no suele presentar síntomas claros al principio, lo que puede ocasionar complicaciones graves si no se trata a tiempo. Algunos síntomas que se pueden asociar son dolores de cabeza frecuentes, mareos y sangrado nasal, pero no necesariamente están vinculados directamente con la hipertensión.
En el caso de la presión arterial alta, es crucial adoptar hábitos saludables como reducir el consumo de sal, realizar actividad física regularmente, mantener un peso saludable, limitar el consumo de alcohol, y evitar fumar. Incluso los niños deben ser monitoreados periódicamente. Se recomienda leer detenidamente las etiquetas de alimentos para controlar la ingesta de sodio, ya que gran parte de este proviene de alimentos procesados.
En resumen, es fundamental estar alerta a los posibles síntomas de la presión arterial alta, controlarla regularmente, y adoptar hábitos de vida saludables para prevenir complicaciones graves en la salud cardiovascular. La prevención y el manejo adecuado de esta condición son clave para proteger el bienestar general.