La joven activista sueca Greta Thunberg, voz prominente en la lucha contra el cambio climático, fue nominada al Nobel de la Paz de este año por un grupo de diputados socialistas noruegos.
“Hemos nominado a Greta porque la amenaza climática es probablemente una de las principales causas de guerra y conflicto. El movimiento de masas que ha impulsado es una contribución muy importante para la paz”, reveló el diputado noruego André Øvstegård.
Øvstegård es uno de los tres parlamentarios del Partido de Izquierda Socialista que nominó a la joven sueca, de 16 años.
Thunberg empezó el verano pasado a hacer huelga cada viernes y a protestar delante del Parlamento sueco para reclamar medidas más efectivas contra el cambio climático.
Tras su intervención en la cumbre del clima de la ONU en Polonia y en el foro de Davos, se convirtió en ejemplo para muchos jóvenes en diversos países, que han impulsado iniciativas similares.
Thunberg nació en 2003; su mamá fue cantante de ópera sueca y su padre actor. Pero la joven no vivió una vida fácil: fue diagnosticada de trastorno por déficit de atención con hiperactividad y autismo. Aún así no se rindió, y siguió para adelante con sus iniciativas.
"Ahora todo el mundo tiende a ser social y extrovertido, pero yo no soy así y espero que esto inspire y demuestre a todos aquellos que son como yo que también podemos ser escuchados y hacer grandes cosas", explicó a la agencia DPA.
La joven es creadora del movimiento Fridays For Future (FFF), adquirió un reconocimiento a nivel mundial gracias a su lucha: convocó a una "huelga mundial" de escolares para este, 15 de marzo, al cual se unirán más de 89 países.
Además, fue una de las jóvenes elegidas para dar un discurso en TEDx Estocolmo en 2018, y a comienzos de este año participó de la Asamblea Anual del Foro Económico Mundial, que reunía a líderes de opinión en el ámbito de al comunicación.