En respuesta a un pedido de informes originado en la comisión de Salud y Acción Social de la Cámara de Diputados de la Nación, la secretaría a cargo de Adolfo Rubinstein entregó a los legisladores un documento que “confirma nuestra mayor preocupación: se compraron menos vacunas de las necesarias para alcanzar las coberturas planificadas", denunció el diputado tucumano Pablo Yedlin.
Para el autor de ley 27491 (sancionada en el año pasado y que entre otros aspectos “entiende a la vacunación como un bien social”, estipula su gratuidad, disponibilidad y la obligatoriedad de vacunarse), algunos de los recortes verificados son “alarmantes, como los de la vacuna para la Hepatitis A, para la cual en 2016 se adquirieron 880.000 dosis, y en 2018 sólo 401.000, y la de la vacuna para la Hepatitis B, que pasó de 715.939 en 2016 a 300.000 en 2018”.
“Sostener coberturas de vacunación altas, mayores al 90 por ciento, es necesario para que las vacunas sean efectivas”, dijo Yedlin, quien añadió que “la ley de vacunas va en ese sentido pero de nada sirve si se compra la mitad de las vacunas que hacen falta”.
El informe presentado por la Secretaría de Salud detalla las compras de 2016, 2017 y 2018. Los casos más alarmantes son los siguientes:
Sabin: en 2016 se adquirieron 7.730.000, dosis; en 2017, 2.000.000 y en 2018, 3.030.000. Hasta el 20 de mayo de este año fueron adquiridas 1.876.000 dosis.
Varicela: pasó de 1.000.000 de dosis en 2016 a 200.000 en 2017 y 500.000 en 2018. En 2019 van 410.000 dosis adquiridas.
DTA (difteria): 2.594.590 en 2016, 1.300.000 en 2017 y 1.500.000 en 2018. En 2019 van 1.440.000.
Rotavirus: 1.600.000 (en 2016), 1.555.670 (en 2017) y 1.100.000 (en 2018). En 2019 (siempre hasta el 20 de mayo): 815.000.
Poliomeliris (Salk): 1.080.000, 1.322.180 y 840.000. En 2019 van 1.210.000 dosis.
El jueves último, durante la “Jornada de Fortalecimiento del Derecho a la Salud” organizada por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, se conoció que ante un requerimiento formulado en mayo de este año por ese organismo, la cartera sanitaria porteña informó que en 2018 recibió sólo 95.040 dosis de la vacuna antimeningocóccica cuadrivalente conjugada, de las 215.261 programadas, lo que equivale a un 44 por ciento de lo planificado.
Los especialistas señalan que no sólo preocupa la falta de vacunas, sino también los insumos para aplicarlas. Para Oscar Trotta, director del Instituto Revisor de Políticas Sociales y Acceso a la Salud de la Defensoría, “las familias sufren una complicación mayor por el cierre de los programas de abordaje territorial, que incluían a los vacunadores que iban a los barrios, los clubes, los lugares de trabajo y vacunaban en esos lugares”.
“Al desarticular esos programas, y como consecuencia de la situación económica, las familias no cuentan con los recursos para trasladarse y deciden postergar o suspender el esquema de vacunación de sus hijos. Y se necesita el 95 por ciento de la población vacunada para tener un nivel de cobertura óptimo para cualquier sociedad”, agregó Trotta.
Lo que el gobierno quiso mostrar inicialmente como un problema puntual ligado a cuestiones de logística es en realidad el resultado de una política restrictiva en materia de inmunizaciones.
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