
Un grupo de cardiólogas compartió consejos para mantener un corazón sano durante muchos años.
Si estás entre los millones de estadounidenses que se propusieron perder peso, hacer ejercicio, o mejorar la alimentación en Año Nuevo, aquí tienes un motivo adicional para hacerlo: protege tu corazón.
Las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte en Estados Unidos, y hábitos como fumar, una dieta inadecuada y la falta de ejercicio pueden sentar las bases para estas enfermedades antes de que aparezcan los síntomas. Kyla Lara-Breitinger, cardióloga de la Clínica Mayo en Minnesota, advierte que esos hábitos pueden influir en la calidad de vida en décadas futuras.
Para predecir el riesgo de enfermedades cardíacas y recibir posibles tratamientos, los médicos evalúan la presión arterial, el colesterol y los niveles de azúcar en sangre. Es fundamental visitar al médico de atención primaria y establecer metas de salud para cambiar hábitos perjudiciales.
Khan, cardióloga preventiva, aconseja a sus pacientes identificar metas alcanzables y comenzar por pequeños cambios progresivos. Dejar de fumar es una prioridad, seguido por la incorporación de ejercicio regular a la rutina diaria.
La combinación de medicación y asesoramiento es efectiva para ayudar a dejar el tabaco, según evidencia científica. Asimismo, se recomienda una dieta basada en plantas, con alimentos ricos en granos enteros, proteínas magras, frutas y verduras frescas.
La alteración del sueño puede ser perjudicial para la salud cardíaca, aumentando el riesgo de formación de placa en las arterias. Por tanto, es esencial dormir entre siete y nueve horas diarias y mantener una rutina que favorezca el descanso nocturno.
El consumo excesivo de alcohol puede tener impactos negativos en la salud cardiovascular, elevando la presión arterial y los niveles de grasas perjudiciales. Se recomienda reducir o limitar la ingesta de alcohol, especialmente en pacientes con insuficiencia cardíaca.
En resumen, mantener un corazón sano implica dejar de fumar, hacer ejercicio regularmente, seguir una dieta saludable, descansar adecuadamente y limitar el consumo de alcohol. Estos hábitos, en conjunto, contribuyen a proteger la salud cardiovascular a lo largo de los años.