El bloque de Unión por la Patria en la Cámara de Diputados comienza a redefinir su rol en esta segunda etapa del gobierno de Javier Milei. Hasta ahora, el peronismo se mostró inflexible y sin intención de diálogo con el oficialismo, que con La Libertad Avanza (LLA) controla la mayoría. Sin embargo, ante la fragmentación de otros sectores opositores y la necesidad de fortalecer su influencia, algunos integrantes del bloque plantean una estrategia más pragmática que aproveche mejor su número de 93 legisladores.
Los dirigentes del peronismo advierten que el escenario para la discusión del Presupuesto 2026 no será sencillo, a pesar de que la nueva composición del Congreso favorece al Gobierno, que junto a sus aliados debería contar con comodidad para aprobarlo. Un referente opositor explicó: “Lo que necesita uno y otro es muy distinto. La pregunta es ¿quién va a perder?”. En ese sentido, señaló que los gobernadores ya perdieron el 0,97% del PBI que reclamaban, y cuestionó cómo podrán compatibilizar ese reclamo con el cumplimiento de la meta de superávit fiscal, que incluye un compromiso con el FMI del 2,2% del PBI.
En el Senado, el peronismo anticipa resistencia a la reforma laboral impulsada por el oficialismo y podría presentar un proyecto alternativo. Mientras tanto, en Diputados, el bloque analiza la posibilidad de negociar abstenciones o acompañamientos parciales para fortalecer la posición de sus gobernadores, ante la expectativa de que la negociación con los mandatarios provinciales no será sencilla. “En los próximos días vamos a ver la traición de los gobernadores”, advierten en el bloque, anticipando que sectores como Provincias Unidas, que agrupa a cuatro gobernadores, tendrán dificultades para mantener posturas unificadas. La falta de recursos y la crisis financiera en provincias como Córdoba, con sistemas jubilatorios críticos y la necesidad de pagar sueldos desdoblados, podrían provocar acuerdos individuales y peleas internas.
Esta situación lleva al peronismo a repensar su estrategia para no perder poder de fuego en un año electoral complicado. Algunos diputados sugieren dejar de anticipar públicamente sus posiciones y abrir canales de diálogo con el oficialismo, especialmente en temas como el Presupuesto y la iniciativa de inocencia fiscal, donde existen propuestas para mejorar los proyectos presentados por los libertarios. Sin embargo, en materia de reforma laboral, la oposición más dura no ve espacio para acuerdos y anticipa que el proyecto podría ser judicializado, ya que ingresó por el Senado a pesar de incluir cambios impositivos. La CGT, que en la campaña mostró un apoyo más simbólico que efectivo al peronismo, ahora busca respaldo para sus reclamos, aunque desde el PJ le recuerdan que la solidaridad debe traducirse en apoyo concreto.
En el oficialismo, en tanto, la estrategia es acelerar el ritmo legislativo durante el período de sesiones extraordinarias que finaliza el 30 de diciembre. La Casa Rosada confía en aprobar el Presupuesto 2026 la próxima semana en Diputados y luego obtener la sanción definitiva en el Senado antes de fin de año. Para ello, mañana se constituirán las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Legislación Penal, claves para avanzar con el Presupuesto y la reforma del Código Penal. El bloque de La Libertad Avanza cuenta con 95 diputados, y junto a sus aliados suma una mayoría que, aunque ajustada, busca aprovechar para aprobar sus proyectos en tiempo récord. Sin embargo, aún resta conocer cuántos apoyos logrará el oficialismo entre los gobernadores, un factor clave para la negociación presupuestaria.
La distribución actual de bancas en la Cámara baja es la siguiente: La Libertad Avanza con 95 diputados, Unión por la Patria con 93, Provincias Unidas con 18, PRO con 12, Innovación Federal con 7, UCR con 6, y otros bloques menores que completan los 257 escaños. Este equilibrio obliga a un juego político complejo, donde la fragmentación y las necesidades provinciales pueden marcar la diferencia en la aprobación de leyes clave para el gobierno de Milei.






