El Gobierno argentino lanzó una campaña en el Día del Niño por Nacer, destacando el "derecho a la vida desde la concepción" y cuestionando la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). En este contexto, la vicepresidenta Victoria Villarruel, en consonancia con la postura oficial, expresó su rechazo al aborto durante un conversatorio. Villarruel afirmó que ofrecer el aborto como solución a mujeres embarazadas en dificultad sería sumergirse en la mediocridad y desánimo.
Acompañada por varios ponentes contrarios a la IVE, la vicepresidenta hizo hincapié en su interpretación de la ley, destacando que el aborto no debería ser presentado como un derecho sino como una opción. Asimismo, subrayó la importancia de respetar la integridad física y el derecho a la vida como pilares fundamentales.
En un análisis más amplio, Villarruel también señaló la baja tasa de natalidad experimentada en los últimos años, antes de la legalización del aborto en Argentina. La vicepresidenta advirtió sobre la necesidad de revertir la desvalorización de la vida humana y la cultura de la muerte, promoviendo políticas que fomenten la maternidad y protejan a las madres vulnerables.
En un contexto donde la pobreza infantil alcanzó un alarmante 65%, según datos de la UCA, Villarruel identificó al aborto como un enemigo de la vida, atribuyendo a la falta de políticas públicas consecuentes con el ser humano la propagación de una cultura del descarte y deshumanización. La vicepresidenta abogó por políticas globales que brinden apoyo a las madres, permitiéndoles afrontar sus embarazos con esperanza y alegría.
