Como expertos consultores en gestión de recursos humanos y respaldados por una amplia investigación, estamos conscientes de que los equipos diversos tienden a ser más innovadores. Así mismo, sabemos que las empresas con una mayor diversidad de género en sus altos cargos tienden a ser más rentables, y que la inclusión de la perspectiva femenina en el desarrollo de productos y servicios puede aportar un valor significativo. Por tanto, la presencia de mujeres en roles directivos no solo es una cuestión ética imperante, sino que también conlleva beneficios tangibles para las compañías.
La representación femenina en nuestra empresa en toda América Latina alcanza el 60%, reflejando el éxito de nuestras políticas internas que promueven la igualdad de género y el crecimiento profesional de las mujeres, facilitando su ascenso a puestos de liderazgo. Cada vez más, estamos incorporando mujeres en nuestros comités directivos, lo cual denota un cambio sustancial en la dinámica laboral. Al día de hoy, muchas de nuestras operaciones clave son lideradas por mujeres como Andrea Aguillar en Chile, Tatiana Fonseca en Colombia, Maricarmen Burgos Carrión en Puerto Rico y El Caribe, Beatriz Protasio en Brasil, encargada del liderazgo de reaseguros, y Margarita Romero, responsable de las relaciones con clientes en toda la región latinoamericana.
A pesar de los avances logrados en materia de inclusión y equidad de género, todavía persisten desafíos en el sector asegurador latinoamericano. Por ejemplo, en Brasil las mujeres constituyen aproximadamente el 54.4% de la fuerza laboral, pero su presencia se reduce significativamente en niveles ejecutivos, ocupando solo el 31% de los puestos; mientras que en México, a pesar de que el 53% de los empleados en el sector asegurador son mujeres, solo el 30% de ellas accede a roles directivos. Estos datos reflejan la baja representación femenina en puestos de liderazgo a pesar de su mayoría en la industria de seguros.
Un informe de McKinsey señala que, si bien se ha observado un progresivo aumento en la integración de mujeres en el sector, aún persisten barreras culturales y estructurales que limitan su avance hacia roles de liderazgo. Entre estas barreras se encuentran la brecha salarial, la falta de igualdad de oportunidades, la cultura machista arraigada, estereotipos de género, la carencia de redes de apoyo y mentoría, así como la dificultad para conciliar la vida laboral y familiar. Estas dificultades reflejan una tendencia común en el ámbito empresarial de la región.
En este sentido, creo que es fundamental tanto para hombres como para mujeres comprometerse con la integración efectiva de las mujeres en el sector asegurador, creando un entorno inclusivo y equitativo. A través de los cambios adecuados, las empresas no solo pueden mejorar su desempeño, sino también impulsar el desarrollo social y económico de la región. Me enorgullece ver cómo estamos liderando este proceso.
– Chief People Officer para Latinoamérica en Aon
