El mismo presidente del Banco Central, deslizó que había acordado con el staff del FMI un permiso para expandir el uso de las reservas con dos argumentos: primero, no tomar un préstamo repo -cuya demora en concretarse generó alerta en los mercados- para que sea el Tesoro quien pueda tomar esos aproximadamente 4.000 millones de dólares con los que calmar dudas sobre la capacidad de repago de las Letes. Y segundo, que se sobreexigía al Banco Central al pedirle que bajara la inflación y desarmara la bola de nieve de Lebacs, sin recursos para evitar una nueva corrida cambiaria y su consiguiente impacto inflacionario.
Sin embargo, fuentes del mercado confirmaron a LPO que este permiso "está avanzado, pero todavía no está cerrado" y que el FMI prefiere que Caputo vuelva a subir la tasa si hiciera falta antes que comenzar a relajar los objetivos. El acuerdo alcanzado le permitía al Banco Central utilizar hasta 2.000 millones de las reservas, los cuales prácticamente se agotaron a fines de julio.
Para ser exactos, el Banco Central implementó una ligera suba de tasas de interés de 300 puntos básicos de forma encubierta cuando cambió la tasa de referencia la semana pasada. Es que, aunque el guarismo quedara igual (40% nominal anual), al cambiar de instrumento y fijar como nueva tasa de interés de referencia a la tasa de las Letras de Liquidez (Leliq) -una suerte de Lebac a 7 días que solo pueden adquirir entidades bancarias-, la tasa pasiva quedó efectivamente el 40%. Mientras que antes, cuando la tasa de referencia era la del centro del corredor de pases a 7 días, los depósitos de bancos comerciales en el Banco Central eran remunerados 300 puntos básicos menos, por lo que la tasas de Leliq también arbitraba en el 37%.
Ni esta ligera suba de tasas logró contener la disparada del riesgo país, que este viernes cerró en 700 puntos básicos -lo que quiere decir que Argentina hoy debería pagar 9,873% de interés anual de deuda a 10 años, o sea 7 puntos porcentuales arriba de la tasa de 2,873% que paga Estados Unidos- ni pudo evitar que el peso perdiera 5,93% de su valor frente al dólar en lo que va del mes. Por ende, el uso de las Reservas ese el primer tema en discusión, pero no el único.
Aquí, se conjugan tres fenómenos coyunturales: la no renovación de 370 millones de dólares de Letras del Tesoro, pese a subir la tasa al 4,99% anual; el escándalo de los cuadernos -que como adelantó LPO, hace pensar en una mayor recesión y por ende mayor dificultad para cumplir con la meta fiscal; y, en tercera instancia, el nuevo fortalecimiento del dólar que arrasó con varias monedas emergentes, en particular la lira turca.
Todos estos factores deberán ser tenidos en cuenta por los técnicos del FMI, quienes deberán elevar un informe para que se desembolse el siguiente tramo del préstamo: 3.000 millones de dólares más que están programados para el 15 de septiembre. Y también evaluarán la evolución de la inflación -que en ningún caso deberá superar el 29% interanual y el junio fue del 29,5% y que en julio se elevaría a 30,6% de acuerdo a estimaciones privadas. Este miércoles el Indec dará a conocer la inflación del mes pasado, lo que podría abrir otro capítulo en las discusiones con el FMI.
Pero por sobre todas las cosas, los técnicos del FMI revisarán la evolución del déficit de cuenta corriente, que es lo que explica la eterna necesidad de más dólares de los disponibles en el mercado